EN POCAS PALABRAS
La burla de la lucha callejera
EL DIRIGENTE aberzale radical Pernando Barrena ha lanzado subrepticiamente la amenaza al advertir el al Gobierno de que «es una lástima» que el terrorismo callejero se mantenga, pero así seguirá hasta que no cesen las medidas «de represión contra la izquierda aberzale» y la organización terrorista. De momento, las algaradas callejeras no son considerables pero están ahí y está claro que obedecen a una estrategia como la anunciada por aquel dirigente batasuno, y eso no es admisible: el Gobierno debe advertir severamente a sus la izquierda aberzale -todos sabemos que tiene vías abiertas para hacerlo- que todo el proceso de paz se puede ir inmediatamente al traste si el alto el fuego no regresa a su posición originaria, es decir, si no abarca el terrorismo callejero y la extorsión. Porque si, como se asegura, el proceso será largo, no resultaría soportable que el diálogo conviviese con la presión delictiva de los extremistas sobre la sociedad civil y el aparato del Estado. Es claro que estas acciones colocan nuevas cuñas entre el principal partido de la oposición y el Gobierno, con lo que todo se complica.