Rehabilitar la idea de España

LA RIVALIDAD con los franceses, que se enconó cuando la invasión de principios del XIX y que no ha cesado desde entonces, está indeleblemente impresa en nuestros genes, lo que explica la depresión que ha experimentado toda la afición futbolística y aun muchas personas que no son aficionadas pero que sienten la ofensa infligida en carne propia. Sea como sea, este Campeonato del Mundo ha engendrado, en momentos muy oportunos, una especie de pulsión patriótica y un claro sentimiento de pertenencia que deben suscitar una reflexión: ¿no será exagerada esta efervescencia centrípeta que parece haberse declarado en la periferia española al socaire de la reforma territorial? ¿No habría que rehabilitar prudentemente, sin agresividad, la idea de España?