TRIBUNA
Juntos pero no revueltos
AL «DIVIDE y vencerás» se opone el «la unión hace la fuerza». Esto es tan antiguo como la Biblia. Ignoro por qué, en su día, se instituyó la Comarca del Bierzo mientras que otras comarcas leonesas con tanta personalidad cultural e histórica como la del valle del Sil simplemente se articularon como mancomunidades de municipios. Supongo que habría que culpar de ello a los de siempre: los politicastros de medio pelo. Pues ¿no tienen personalidad, historia y cultura propias, al igual que el Bierzo, comarcas leonesas como Maragatería, La Cepeda, La Cabrera, Los Argüelles, Sajambre, Valdeón, El Páramo, Sanabria, Tabarra, Los Arribes, Sayago, Toro, y todas las que me dejo por no hacerlo muy largo, pero que están ahí por mucho que muchos las ignoren?. Esto por no hablar de que lo que hoy se quiere considerar Bierzo abarca comarcas que no son estrictamente Bierzo, como Aguiar, Ancares, Escontra, Fornela, Ribas del Sil, Somoza, Valcarce y Valdueza. La comarca histórica del Bierzo no es sino la zona central del valle del Sil, la zona extendida entorno a Ponferrada, Bembibre y Villafranca, con origen en la ciudad de Bergidum y, posteriormente, el territorio donde ésta se asentaba y su jurisdicción. Con el tiempo todo el occidente leonés se asimiló al concepto Bierzo (Catastro de Ensenada). La zona que abarca El Bierzo actual fue étnicamente ástur, no galaica (el Conventus Asturum pertenecía a la provincia romana de Gallaecia que no se debe confundir con la Gallaecia étnica). El reino Suevo tenía como frontera el río Órbigo. El territorio berciano fue siempre parte del reino de León, que no se debe confundir con la Corona leonesa que abarcaba los reinos de Asturias y Galicia, el condado de Castilla, el condado de Portocale, Extremadura, etcétera, entendiendo siempre que la separación entre los reinos de León, Galicia y Asturias fue motivada por la división de la herencia de reyes como Alfonso III el Magno para repartir entre sus hijos. Y siempre perteneció a la provincia de León salvo un pequeño lapso de tiempo entre 1822 y 1823 en que existió la provincia de Villafranca como una más de las provincias que formaban parte de la región de León junto con León, Salamanca, Toro y Zamora. De hecho la región leonesa tiene mucho más en común con Asturias, Galicia, Portugal y Extremadura que con Castilla. Lingüísticamente, la frontera entre las lenguas leonesa y gallega la situó Menéndez Pidal, y todos los demás lingüistas después de él, en el río Cúa, siendo la zona al oeste del Búrbia netamente gallega, mientras que al este y sur del Sil es netamente leonesa, existiendo una zona intermedia entre el Sil y el Cúa en la que las dos lenguas mantienen una secular pugna. Por eso el topónimo Valdueza es leonés mientras que el de Aguiar es gallego, existiendo las dos versiones en el topónimo Fornela o Furniella. En base a esto, El Bierzo no debe utilizar las lenguas como elemento divisor sino como una riqueza cultural única, digna de ser protegida, pues tanto valor tiene el galego berciano como el llionés, ambos sin protección por parte de la Junta de Castillaleón (el gallego normativo que se enseña en algunos colegios bercianos no es el que habla la gente) y cuya situación se vería favorecida individualmente con una autonomía leonesa. Ahora bien, tiene razón el señor Iván Alonso Rodríguez (Diario de León del pasado día 15 de junio) cuando afirma que nunca se le ha consultado al pueblo berciano sobre por quién quiere ser administrado, como tampoco se le ha consultado a los pueblos de todas las demás comarcas leonesas, ni siquiera a los del resto del antiguo Reino ni a los de Castilla tampoco. Todo se ha hecho de espaldas al pueblo. Por eso es ridículo hablar del centralismo leonés, sobre todo si se habla desde una comarca pujante como El Bierzo con una capital que pasó en menos de un siglo de ser una aldea a constituirse como el segundo polo de la provincia que, junto con León capital, hace que León sea una provincia netamente bipolar, al igual que ocurre con Zamora y Benavente, lo cual es una riqueza creo. De cualquier forma hablar de segregar El Bierzo del resto de la provincia es hacerlo el juego a Pucela (divide y vencerás). Pues por esa regla de tres ¿porqué no se va a la Montaña hasta Sajambre con Asturias, Baldeón con Cantabria, La Cabrera para Zamora,, las tierras llanas para Castilla, además de constituirse El Bierzo como la quinta provincia gallega. Así, muerto el perro se acabó la rabia. Seamos serios, para reivindicar algo ante una administración primero tiene que existir esa administración y, hoy por hoy, no existe una administración leonesa como globalmente a todo León ni constituyen un poder económico y político relevante frente al poder de Valladolid. Paisano bercianos, luchemos juntos por una autonomía leonesa como primer paso, luego ya podremos discutir entre nosotros de cómo se articula la ordenación territorial de esa comunidad, sin dejar de lado la personalidad, la lengua y la cultura de cada rincón de lo que sería nuestra plaza común donde administrarnos y debatir, pero no malgastemos fuerzas como hasta ahora en proyectos individuales a corto plazo, ¡seamos pragmáticos, coño! Por cierto, señor Alonso, le rogaría que no identificase usted el ansia de los leoneses por mejorar y desarrollarse mediante la recuperación de instituciones propias de autogobierno con la trayectoria de ningún partido político. No es lo mismo. Después de leer el libro «500 razones por las que habrá una autonomía leonesa», recientemente publicado, los argumentos y razones que usted expresa me parecen bastante ridículos y falsos de sustancia. ¿Es usted también un politicastro de medio pelo o un político con mayúsculas? Eso hay que demostrarlo. Con un par. Para finalizar, afirmo que no hay mejor compañía para una tapa de cecina como una botella de vino del Bierzo, ni botillo que encuentre mejor acompañamiento que una botella del de Valdevimbre. Salud.