PANORAMA
Reacciones tardías
LA CONFERENCIA Euro-africana sobre inmigración ha debatido un programa completo de buenas intenciones teóricas y grandes necesidades prácticas. El espíritu que ha envuelto este encuentro va más allá del deseo de cooperación ya que, es evident e que, Europa, con los países ribereños del Mediterráneo a la cabeza, se ve incapacitada para frenar la oleada de emigrantes que, todos los días, parten del continente africano en busca del paraíso del norte y, los países africanos no pueden ni quieren detener la migración que alivia la presión demográfica y la penuria económica de sus estados. Si, según los datos oficiales, en los seis primeros meses del año, sólo a las Islas Canarias, han llegado 11.000 inmigrantes, ¿cuál será la cifra real para todos los países europeos? Teniendo en cuenta el índice de paro en nuestrasnaciones y que el crecimiento económico se está ralentizando,debido, en gran parte, a la fuerte competencia asiática, sobre todo, de China, es lógico que nos alarmemos ante la llegada de decenas miles de personas extranjeras a las que ni podremos ni alimentar ni ocupar. El fenómeno migratorio no es algo novedoso ni sorprendente. Lo que sí es preocupante es el número en el que se está produciendo y los países a los que está afectando, países que, como España, hasta hace poco, no eran receptores masivos. La reacción de los países europeos, aunque rápida, frente a las últimas oleadas, llega tarde para frenar un fenómeno que lleva ges tándose desde hace, al menos, tres décadas. Dado que la necesidad es mucha, que la falta de experiencia de los países beneficiarios para gestionar la ayuda es total y la corrupción está demasiado extendida entre las capas altas de los mismos, esperar que, a raíz de esta Conferencia, se frene, inmediatamente y para siempre, la migración de millones de personas desesperadas, hambrientas y engañadas es una utopía. Sin embargo, no es utópico establecer, al menos, como pu nto de partida, el objetivo, realista y viable, de conseguir que los países africanos impidan eficazmente, con nuestro apoyo, la salida de cayucos y los miles de muertes que ello conlleva.