Momia en Pajares

EL PUEBLO de Pajares de los Oteros, los historiadores de León y los amigos de la intriga andan conmocionados por el hallazgo de una momia en una bodega donde se liba prieto picudo acompañando al puchero de liebre con patatas y el plato de perdices escabechadas... El fortuito descubrimiento, bajo comportones de uva, ha permitido avistar unas frazadas de tela de lino, rellenas de resina de enebro y pino con pimentón, que envuelven el cuerpo incorrupto de lo que parece ser una bella señora, contemporánea, según datos del carbono 14, de Santa Teresa de Jesús. Unos largos brazos se estiran a lo largo del cuerpo y las manos se colocan sobre la zona pélvica. El cráneo, trepanado por arriba, fue vaciado del cerebro con ayuda de algún objeto introducido por las fosas nasales, embadurnando el interior, relleno de serrín, con natrón y cenizas. El dato más enigmático, por su alejamiento de los patrones cristianos al uso en la comarca, es la presencia de cuatro efigies en medallas de barro, correspondientes a los cuatro hijos de Horus, adorados por los faraones: la testa humana de Imsety, situada en el hígado; la cabeza de mono de Hapi, en los pulmones; el halcón Qebeh, en los intestinos, y el chacal Mutef, junto al estómago. Al no existir referentes históricos sobre presencia de embalsamadores en Tierra de Campos, ni de aventureros que rapiñasen sarcófagos en el valle del Nilo escondiendo su macabro robo por estos pagos, se especula con algún rito de magia negra relacionado con la purificación de prostitutas que, en la Edad Media, hacían el Camino de Santiago folgando con peregrinos, clérigos y quien quisiera pagar sus favores. Un pergamino de Sahagún relata la andanza de una bellísima mujer que vestida de monja clarisa era conocida en Los Oteros por ayudar a los menesterosos. Una horrenda violación terminó con la santa señora, pero los autores, esquivaron el cadalso encargando a un chacinero -de ahí, el pimentón- la taxidermia y ocultamiento de la pobre víctima. El Vaticano, perplejo, duda entre santificar a la momia o quemarla con sarmientos, según sea su historia, virginal o promiscua.