Una Justicia invisible y muda

EL JUEZ Grande-Marlaska, sustituto de Garzón en la Audiencia Nacional durante la excedencia de éste, muy controvertido en los medios por sus oscilantes actuaciones que le han proporcionado tantos elogios encendidos como criticas indignadas, ha catado ya las mieles del estrellato, se ha convertido en protagonista mediático y no va a resignarse a prescindir de su popularidad enclaustrado en un tribunal cualquiera: ahora pretende ir al Consejo General del Poder Judicial en representación de los jueces independientes que no pertenecen a ninguna asociación... Marlaska está en su perfecto derecho a presentar tal candidatura y a orientar su carrera profesional como le plazca, pero el sucedido ilustra la evidencia de que el fenómeno de los «jueces estrella» ha sido sumamente perturbador, y debería ser convenientemente erradicado restituyendo la figura del «juez natural» y eliminando las jurisdicciones especiales como la Audiencia Nacional, que dejará además de tener sentido si conseguimos erradicar el terrorismo. Montesquieu quería una Justicia «invisible y muda». Pues eso.