No hay ley que valga

Los padres-madres sobreprotectores son progenitores bienintencionados pero equivocados, que acuden a las entrevistas con el colegio y van a los polideportivos para «defender» a su hijo. Estos padres están ahogando la personalidad del niño/a. Si las tablas de multiplicar, la capital de Angola o el horario escolar están abiertos a la interpretación, ¿qué pueden aprender los niños? Cuando no hay respuestas erróneas y cuando la disciplina y el esfuerzo parecen relativos ¿para qué molestarse a estudiar? ¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos sin revolotear sobre ellos como mariposas? Para empezar, los expertos aconsejan ser realistas respecto a las habilidades de los niños, estar más presentes en la participación y la proposición de nuestra manera de afrontar y resolver los problemas de la vida. Los siguientes consejos forjarán una educación más eficaz. Procurar que el niño/a se conozca en todo. Pretender que el niño/a tenga mil habilidades sólo le complicará, la adaptación tal y como es en realidad, a las actividades especializadas de la vida adulta. Es mejor ayudarlo a que descubra y desarrolle sus aptitudes personales. Acompañando, no resolviendo sus tanteos y sus intentos. Usar el elogio en términos específicos y sin exageraciones. Si le dices a tu hijo: ¡Eres el niño más inteligente del mundo!, él puede pensar: Soy tan listo que no necesito obedecer las reglas. Es necesario poseer el sentido de la realidad y la justicia para armonizar los elogios y los premios con consejos críticos y los castigos adecuados. El colegio y los deportes no son las únicas ofertas de la vida de tu hijo/a a las que debes mantenerlo atento. Es necesario inculcarles valores morales y de criterio moral, porque los conocimientos del bien y del mal se adquiere contemplando y valorando el modelo familiar, escolar y social. Cuando no hay valores por lo que merezca la pena sacrificarse sólo quedan las obligaciones y los instintos. Anatolio Calle Juárez (Navatajera-León). Quienes vivimos fuera de León y nos vemos obligados a seguir por este nuestro periódico, los corros de Lucha Leonesa, nos gustaría que la información sobre los mismos se ajustase un poco más a los cánones de las crónicas de cualquier evento deportivo. En este caso, además de resultados y clasificaciones de los 4 primeros que no siempre vienen, nombre de los árbitros, que nunca vienen, y la calificación que merecen para el cronista; estado de la cancha o terreno de juego y que en nuestro caso es la pradera, el césped; duración del corro; número de participantes en cada peso y que es también un dato del mayor interés para el lector y elemental a la hora de aportar; instalaciones, ambiente, comportamiento del público, etcétera, todo lo cual contribuye a que los lectores nos hagamos una mejor composición desde la distancia. Todo ello al margen, como es natural, de los comentarios técnicos que el desarrollo de los combates le merezcan al cronista, que eso ya es subjetivo y en eso no vamos a entrar los lectores. Pero lo que no es subjetivo es que no aparezcan los nombres de los árbitros, el número de luchadores, la duración, el número de espectadores o sea la entrada estimada, incluso el precio de las localidades, pero al menos los detalles así de básicos como los antes mencionados y que no faltan en el reportaje sobre cualquier competición deportiva, por breve que sea la reseña. Julio López Alonso (Laizar) . Jacinto Gutiérrez (León).