Asturicae Augustae (en Astorga)

Era el historiador Salustio quien, con ironía, llamaba «homines praeposteri» (hombres que obran al revés) a los que se presentaban a las elecciones e intentaban prepararse después, si las ganaban, y a los escritores que narraban la historia de delante atrás ; estaba muy convencido de que nadie podía entender, y menos gobernar, sin conocer e interpretar bien el pasado. La Astorga de hoy no se puede comprender sin el conocimiento de su ayer; sería pretender saber, con claridad, a dónde va, sin saber de dónde viene. Nadie puede negar la importancia de la Asturica Augusta de los primeros siglos de nuestra era y en otras épocas: Una ciudad, que tiene tanta importancia en la Roma Imperial, que recibe jefes militares que conocen el griego, que tiene tantas vías de comunicación, que posee foro, ergástula, «villas» con mosaicos, termas, monedas..., induce a pensar, sin utilizar la prolepsis, en su gran importancia. No sé si más por Asturica o por Augusta. Es lógico que pronto la predicación del mensaje cristiano, en el «sermo vulgaris», el latín, llegara a Asturica Augusta, porque el griego de la koiné ya iba desapareciendo. Aunque parece seguro que el Papa Clemente escribió su carta a los Corintios en griego, pero se publica en latín; porque Tertuliano (que parece ser el traductor) la divulga en latín, ya que el griego, la lengua del N.T., y cooficial en la Iglesia de entonces, ya muchos no lo entendían. Más o menos un siglo después, llega a los cristianos de Asturica Augusta la carta-contestación del Obispo de Cartago para orientarlos en la praxis de la fe. ¡Qué hombres, qué fortaleza, qué coherencia, la de algunos cristianos Asturicenses del año 254!. No tenían miedo y no admitían añagaza alguna contra la fe aunque la urdieran los que debían dar ejemplo de valor en impedirla. Pero, eso sí, estaban en actitud de obedecer y cumplir lo que les decía en la carta el Obispo Cipriano de Cartago. Es verdad que Astorga, apenas con trece mil habitantes, ha tenido una historia brillante y grandiosa, a pesar de que para el visitante foráneo, un tanto erudito pero tocado del «pensamiento débil», parezca extraño y deje a uno de piedra , cuando pregunta, más si es eclesiástico, si Astorga tiene Obispo. Desde sus albores, la «civitas» que se conoce con el apelativo de Asturica Augusta, hasta la Astorga de hoy, en lo militar ,primero, pronto en lo eclesiástico y, sin quedar atrás, en lo civil, se ha significado como «magnifica», si bien con un sentido más ponderativo que extensivo. La Historia como «narración de los acontecimientos pasados y dignos de memoria» es, por esencia diacrónica; intentar hacer la historia de otra forma es caer en el error «salustiano». Pero, en los tiempos que corremos, por la vorágine de los hechos y la rapidez de la informática, es bastante frecuente narrar el presente o el porvenir, olvidando, tal vez con desprecio, el pasado. Tampoco se puede caer en el error de pensar que en la historia sincrónica es más importante dar brillantez a lo que se escribe que al describir bien la realidad. Sería una sofística larvada. No es de extrañar que la primigenia y pequeña iglesia con iconostasio de santa Marta - de la que por desgracia sólo nos queda la ubicación- pronto quedara pequeña para los cristianos de Astorga y fuera menester construir una catedral y otra y otra... hasta llegar a la actual, «tetrástica», por estilos y siglos de construcción. La épica, que de por sí es grandiosa y se halla rodeada de un halo mítico y de tradición, suele tardar siglos en gestarse. Solo las naciones y ciudades sobresalientes, con sus culturas, llegan al mundo de la épica, si tienen plumas que no se limitan a repetir sino a profundizar y a engrandecer sus valores. En Astorga ha habido hazañas, tradiciones, gestas y eventos que tienen todo lo que es necesario para formar su épica: Nadie puede pasar por alto el valor de una inscripción funeraria que el jefe militar Casio Arquesilao dedica, en lengua griega, a su «dulcísimo hijo» Casio Dión, muerto en edad temprana. Y ¿quién puede negar toda la tradición, con lo que tiene de épica y de historia, en torno a personajes como San Efrén, Santo Toribio, Santiago, San Genadio..? Y¿lo que se cuenta de la francesada?. Y ¿qué decir del vigía abanderado llamado Pedro Mato que desafía vientos y relámpagos, necesitando sólo de la ayuda de Eolo para espantar las cigüeñas como a los franceses?. Y ¿el punto de quietud de la Catedral? ¿Y la magia que encierra la entrada principal del palacio de Gaudí? Sí, en Astorga hay épica y hay historia que no se pueden rebatir porque están escritas, con frecuencia en piedra¿, pero quieren arrebatárselas. Bastaría profundizar en «via Emerita Augusta Asturicam Augustam» para defender con un argumento irrefutable lo que significa, sin consentir que se quiera rebajar a discutible. Pero, tal vez, Astorga con buenos líricos, épicos, historiadores, artistas ... tenga que cuidar más a los hacedores del día a día. Si el siglo V, como el XIX,-por no citar más- han sido funestos para la historia de Astorga a causa de las destrucciones a las que fue sometida, los siglos XX y XXI han sido y son grandiosos por las restauraciones, en muchos de sus monumentos, llegando a ser emblemáticos el final del uno y el inicio del otro; en ambos ha habido renovación y creación. Otra cosa es que sean del gusto de todos. ¡Cómo me gustaría terminar agradeciendo a la Reina Cristina el obsequio del cáliz que donó al Hospital de San Juan Bautista, con inscripción latina de fecha, cardenal que lo consagró, y su nombre!. Pero no es grato tener constancia escrita de la negación de la Reina Regente al Cabildo Catedral, en la persona de su Administrador, don Felipe Arias, de ser una Fundación eclesial, como fue en el inicio el Hospital de San Juan Bautista, obligándole a someterse al Protectorado de Fundaciones y lo que comporta. Y eso que el Gobernador Civil de León, jefe de Beneficencia entonces, y el Alcalde de Astorga dieron informe favorable a la petición del Capitular Penitenciario. Ya en el manuscrito se dice que era «un Hospital para pobres, enfermos y peregrinos», como pronto se podrá ver en todo su contexto. ¡Ojalá que la Muy Noble.... y Bimilenaria Astorga continúe irradiando cultura y luz o, mejor dicho, cultura iluminada por la luz de la fe!. Esto y muchos eventos más, épicos o míticos, unos; históricos o heroicos, otros, han sucedido en Astorga . N.B . Con toda intención se pone el título en latín, para que los que vacilan en la fonación latina, reflexionen acerca de la pronunciación de los fonemas que contiene.