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CELSO CURRÁS
León

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LAS LARGAS vacaciones de verano, que pueden llegar a los tres meses en el caso de algunas etapas educativas, no suelen ser muy aprovechables, desde un punto de vista pedagógico, para estudiantes que han aprobado todo en junio. La principal razón es el corte brusco de la actividad intelectual y la pérdida de unos hábitos de estudio que costó mucho adquirir. Siempre me he posicionado a favor de una mejor distribución de las vacaciones educativas. Y no en el sentido de reducir el número total de días sin actividad escolar sino en el de conseguir un reparto más racional de los mismos a lo largo del año, como ya está ocurriendo en otros países desarrollados. Se trataría de propiciar períodos de vacación más cortos pero más frecuentes. En la actualidad hay trimestres que resultarían menos fatigosos si contasen con más días intermedios de descanso; y en el extremo contrario, hay un período de inactividad en el verano, demasiado largo. Es cierto también que una reforma de este tipo resultaría muy difícil de implantar, dadas las características laborales de nuestra sociedad. El objetivo será conseguir que esta prolongada etapa sin clases no resulte totalmente improductiva para los estudiantes, desde un punto de vista intelectual. Como bien saben los deportistas, es fácil conservar la forma física a estas edades jóvenes realizando, algo de ejercicio. Igualmente, no resulta difícil mantener bien preparada la cabeza si continuamos entrenando un poco con cierta periodicidad. Se trata de mantener bien engrasada la maquinaria cerebral. Hay muchas actividades formativas para el verano, como por ejemplo la lectura, la escritura, el aprendizaje o la práctica de idiomas o de informática, la organización y repaso de apuntes o documentación básica, etcétera. La televisión o el ordenador pueden ser beneficiosos o perjudiciales según la utilización que se haga de ellos. De ahí la importancia de una buena orientación y control. Una vez más consideramos fundamental el papel de la familia. Con su cercanía y su preocupación estará contribuyendo a que sus hijos comiencen un nuevo curso con ventaja, en buena forma mental, base del éxito académico que desean para ellos.

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