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Publicado por
León

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LA ETAPA de ayer en el Tour, con todos los ingredientes que hacen único al deporte del ciclismo, ha sido como un bálsamo milagroso que ha levantado la moral y el prestigio de una carrera mítica que, quedó muy tocada (algunos la daban por muerta) por el escándalo del dopaje que dejó fuera a ciclistas de extraordinario renombre. La memorable escapada del estadounidense Floyd Landis, llena de mérito y entrega (pero que debería poner muy colorado a más de un director de equipo), quedará en los anales de la carrera junto al pundonor de Sastre y Pereriro que han contribuido a que el suspense siga hasta el final. Una cosa está clara: el Tour ya ha hecho podio.