PSE y PNV, hacia lapaz

AL PROCESO de paz (orientado al fin de ETA) se le debe dejar en paz y no meterle prisa, viene a decir el presidente del Gobierno, predicando en cierto modo con el ejemplo. Últimamente se ha interpretado que alguna actitud engreída de la izquierda aberzale habría sugerido a Zapatero la idea de retrasar el inicio de conversaciones con ETA, hasta que los «batasunos» se serenasen, pero Otegi y su gente se han serenado, la lucha callejera ha desaparecido de las calles de Euskadi y la banda terrorista guarda silencio. Como lo guarda ZP sobre el asunto, aunque en León acabe de revelar con una ambigüedad meridiana detalles muy ilustrativos sobre el estado del llamado proceso. Zapatero, hombre locuaz, siente veneración por el silencio, y al silencio de su Gobierno y de ETA atribuye que las cosas vayan bien, siendo las cosas el diálogo entre ambas partes, que si no se ha iniciado formalmente, al menos avanza al nivel en que se ha venido desarrollando desde hace meses. Con ese don de lenguas que la Providencia le ha negado, ZP decía en León a los periodistas que «no news, good news», por lo que deberíamos confiar en que mientras el silencio no se rompa, el asunto irá bien. Pero no es cuestión de lanzar las campanas a vuelo porque el proceso, además de largo, duro y difícil (como lo califica el mismo Zapatero), va a ser lento, aunque tal vez menos que otros, como el del IRA, que se hizo eterno. ZP dice que hasta dentro de un año no se produciría un avance «trascendental», un punto de inflexión que dejase el asunto más bien resuelto. Lo trascendental, según el presidente, no puede ser algo distinto de lo que, en el caso de ETA, todos consideramos trascendental, es decir, su disolución. Mientras el diálogo continúa y, al parecer, a satisfacción del Gobierno, el Estado de Derecho no sólo sigue funcionando bien sino que lo hace con admirable precisión, y no sólo porque el Tribunal Supremo niegue fuerza probatoria a confesiones arrancadas por los carc eleros militares de la base norteamericana de Guantánamo a los islamistas allí almacenados y retenidos sino porque la misma Audiencia Nacional se rectifica a sí misma, y si el juez Pedraz, ahora en vacaciones, dictó un auto a favor de que dos acreditados etarras salieran de la cárcel, Baltasar Garzón lo ha revocado, por lo que David Pla y Aitor Lorente pasarán el verano en sus celdas. Con un horizonte de paz tal vez más deseado que previsible, aunque lo prevean quienes lo han bosquejado, el diálogo se ha abierto en Euskadi a todos las fuerzas políticas, con la excepción rotunda del PP, que de momento no quiere dialogar con nadie, y del PSE, que sólo volverá a hablar con la izquierda aberzale cuando realice ésta el esfuerzo de legalizarse.