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Publicado por
GONZALO PARENTE
León

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EN LA reordenación o desorganización de ese gran puzzle que es Oriente Medio, Estados Unidos ha puesto en juego todo su prestigio como superpotencia global al abordar en este nuevo siglo tan ardua y difícil tarea. Si consideramos que a estas alturas, después de haber sufrido el atentado de las torres gemelas los norteamericanos están ejerciendo el control estratégico de toda la región de Oriente Medio, donde ya tienen bases militares en Afganistán, Arabia Saudita, Azerbaiyán, Bahrein, Emiratos Árabes, Irak, Kuwait, Omán, Pakistán, Qatar, Turquía y Uzbekistán; todo ello sin contar que en las aguas próximas del Golfo Pérsico, Mediterráneo y el Indico, navegan permanentemente barcos norteamericanos que controlan toda clase de tráficos marítimos y aéreos. Esto es así y no tiene interpretación alguna que no sea otra que la que explicaba el profesor Brzezinski en su «Gran Tablero Del Mundo», que Estados Unidos terminaría por asentarse en el Sur de Asia. La ordenación de Oriente Medio es una fase imprescindible de ese gran juego estratégico del dominio mundial, para cumplir la misión de llevar la democracia a todos los pueblos. Estados Unidos ve impulsada su política expansiva desde su nacimiento en 1776 por el destino manifiesto (Manifest Destiny), cuando las trece colonias Atlánticas se movieron hacia el Oeste y Sur para conquistar, primero las tierras que fueron del rey de España, para terminar expulsando a los españoles de las Antillas y del Pacífico en 1898. Así comenzó ese gran juego en el tablero mundial. Ahora están empeñados en la ordenación de Oriente Medio, igual que en la segunda mitad del siglo XX lo hicieron en Europa, donde convirtieron en democracias a los países dominados por la URSS. ¿Podrán hacerlo en Oriente Medio? Allí resisten regímenes que se empeñan en destruir al gran aliado de EEUU que es Israel. Pero esta no es la guerra fría, por eso será larga y sangrienta. La pieza clave de este reto estratégico para los norteamericanos es Irán, un enemigo duro y difícil con gran poder moral y material.

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