Iraq, de vuelta

LITERALMENTE tapada por la guerra del Líbano, la crisis de Iraq vuelve lentamente y tras cinco semanas a los titulares de la prensa y a ser lo que era abiertamente: el asunto central de las elecciones parlamentarias de noviembre en Estados Unidos. La Casa Blanca insiste en mantener el rumbo entre demandas crecientes de cambio y todo indica que preservará el argumento clave del mensaje oficial en su defensa: es un frente crucial en la guerra contra el terrorismo. Pero un sondeo de The New York Times y CBS difundido ayer confirma que cada día más gente no ve vínculos entre las dos cosas (un 51%) mientras que un 53 entiende ya que fue un error ir a la guerra. Es difícil precisar de qué parte responde este resultado en el cómputo total de desaprobación de la gestión global del presidente (que sólo recibe un 36% de aprobación contra un 57), pero debe ser muy alto si se añade que el público distingue bien, porque aprueba a Bush en la campaña antiterrorista (un 55%) pero no en la guerra Esto significa que, por fin, deja de funcionar el discurso oficial, según el cual lo de Iraq es una de las dimensiones en la guerra antiterrorista y que cala la versión opuesta, según la cual el gran error es que, muy al contrario, Iraq fijó el esfuerzo militar donde no debía por la buena razón de que en el Iraq de Saddam no había terroristas. Cara a noviembre, cuando el poder republicano se juega nada menos que su actual hegemonía en las cámaras; el dato es decisivo y hay pocas esperanzas de que pueda cambiar. Las bajas americanas no han dejado de crecer y son ahora 2.609. Inasequible al desaliento, el general John Abizaid, jefe del Mando Central (con jurisdicción sobre todo Oriente Medio) dijo ayer en Bagdad, tras reunirse con el oficial al mando allí, general Casey, que advertía una mejora en la seguridad en la capital, alababa los progresos y aprovechaba para decir que él nunca había dicho que la guerra civil era poco menos que inminente. Todo coincidiendo con la explosión en la capital de cinco bombas, tres de ellas montadas en automóviles, que causaron muertos y heridos.