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Publicado por
AMANDO ÁLVAREZ CABEZA
León

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LEÍDO EN DIARIO de León de fecha 12 de los corrientes: «La nueva crisis mundial. Países ricos pobres en agua. España, ejemplo de mala gestión», no he podido por menos que reflexionar sobre el problema y enviando este artículo a su periódico, denunciar lo que estoy seguro es una mala gestión. A raíz de la democracia, los socialista en el poder estimaron ayudar a las comarcas de La Maragatería y La Cepeda ya que estaban consideradas como zonas deprimidas. En lo que concierne a La Cepeda realizaron un tramo de la carretera a Pandorado en el trayecto de la cuesta de La Utrera y levantaron la presa del embalse de Villagatón. Pero, sin saber exactamente la causa, ese dichoso pantano no ha embalsado agua en los diez años, ni con socialistas ni con los del PP en el poder. No hace mucho que la dirección de la Confederación Hidrográfica del Duero, dependiente del Gobierno español, dio a entender que no habiendo regantes y, por lo tanto, donde recabar dinero para abonar los gastos de la conservación de la presa, pues no era rentable y por lo tanto mejor dejar salir el agua en primavera directamente al mar. Con lo cual, el arroyo Porcus, de siempre truchero y bienhechor para todo lo bueno, en los últimos años queda sin caudal, prácticamente seco, con la cantidad de perjuicios que eso acarrea. Los pozos no dan resultado y si por desgracia se produce un incendio en alguna aldea del valle, no disponemos de agua para sofocarlo. Los cepedanos de siempre dedicados a la agricultura y la ganadería, a causa del clima, estamos acostumbrados a sufrir desencantos y apretarse el cinturón. Esta misma primavera las traidoras heladas tardías quemaron los sementijos y los pocos que salvaron fueron arrasados por un terrible pedrisco. No hay subvenciones ni ayudas para nosotros. Desde siglos han procurado resolver sus problemas, prevenir. Así hicieron los vecinos de Benamarías, que con sus escasas y anticuadas herramientas levantaron la presa de su embalse con el fin de regar, disponer de agua para personas, animales y plantas y también para sofocar incendios. El pantano de Villameca lo comenzaron en la segunda República, Francisco Franco continuó las obras y lo inauguró en el año 1946 El agua es un elemento esencial, todos lo sabemos. Los dirigentes actuales parece que lo ignoran. La ciudad de Astorga, capital de La Cepeda, se ha alimentado siempre del agua cepedana, no sólo para consumo humano, sino también para regadíos, molinos, batanes, industria, etcétera. Cuando el pantano de Villameca, Astorga animó su construcción y se apuntó a su consumo. En cambio en lo que se refiere al de Villagatón, da la sensación de que no le importa. Tampoco parece importar demasiado a los ecologistas y otras gentes de la cuenca del Tuerto sur. Cuando el pantano de Villameca, los vecinos de los pueblos del Tuerto construimos los canales. Hemos abonado el riego cada año, aunque no reguemos. Estimamos que hemos pagado con creces la presa de Villagatón y su conservación, y si no llega que lo pague el Gobierno. Es lo menos que puede hacer por nosotros. Lo que no debe hacer delegar en las comunidades autónomas (recuerdan los reinos de Taifas) y quitarse temas muy importantes de su responsabilidad. La Cepeda está pasando, como otras comarcas rurales, por una época muy crítica: ya no hay juventud, los productos no son rentables a pesar de las modernas cosechadoras y muchas fincas quedan poulas inundadas de zarzas. Si la naturaleza nos da agua, alguna forma habrá para aprovecharla antes de arrojarla al mar. Desde hace dos años alguna de esas Atoridades cuya sede desconocemos, cercenó numerosos árboles el la orilla del Porcus, en el pueblo de Vega de Magaz con la excusa de hacer una playa fluvial; un verdadero sarcasmo que causa asombro y repulsa a cualquiera que se acerque al lugar; el agua del arroyo no fluye y la poca aguan detenida está corrompida, un problema del cual debería hacer cargo la sanidad pública. En fin, parece un castigo inmerecido para la naturaleza y en especial para los cepedanos. Posiblemente el remedio esté en Bruselas.

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