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Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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SI CATALUÑA ESTÁ organizando la gran fiesta electoral del otoño -el 1 de noviembre-, Euskadi es y seguirá siendo durante un tiempo el escenario sociopolítico de ese proceso laberíntico y cifrado que persigue el fin de la violencia terrorista. Algo o bastante parece estar cambiando la sociedad vasca tras el último cambio generacional y los tres años y casi medio sin que ETA asesine. Ayer se difundía un 'sociómetro' elaborado por los servicios demoscópicos del Gobierno de Vitoria, con datos de cierta novedad, como el de que, al margen de un 13% de abstencionistas, los partidarios de la independencia en un hipotético referéndum superarían en siete puntos a quienes la rechazan. 38% los primeros, y 31% los segundos. Pero como las preguntas se responden según se formulen, a la de cuál es la actitud del interrogado ante la independencia, los no independentistas ganan a los independentistas por 35% a 32%. Ha tardado el Gobierno vasco casi tres meses en dar publicidad a este sondeo, que se realizó en el pasado mayo, días después de anunciado por ETA su alto el fuego permanente. No sorprende por ello que nada menos que el 53% de los vascos calificaran de buena o muy buena la situación política de Euskadi, y que la vivienda y el paro sean los dos problemas que más les preocupan, muy por encima del terrorismo y la violencia. Le interesa obviamente al PNV que la demoscopia, tanto la del Gobierno de Vitoria como la más desabotonada de las empresas privadas, ofrezca un nuevo panorama social en el que todo lo encajable en las reglas democráticas sea posible, como la mesa de partidos que Iosu Ion Imaz urgía, aunque lógicamente separada del proceso de paz, y el acercamiento a Euskadi de todos los presos etarras, para que se rebaje la presión en ese mundo. El nacionalismo democrático no quiere lógicamente quedarse al margen de lo debe cocerse estos meses con vistas al futuro, y como no puede participar en el diálogo entre el Gobierno y ETA, insiste en esa mesa de partidos, Batasuna incluida, que estudie y negocie las soluciones que faciliten un cómodo encaje de Euskadi en el Estado español. Para tener protagonismo decisivo en esa mesa de partidos, el sociómetro divulgado ayer revela que en unas elecciones autonómicas que se hubieran celebrado en el pasado mayo, el PNV habría obtenido el 21% de los votos, frente a un 14% del PSE-PSOE y un 8% del PP, con igual porcentaje que el EHAK. En todo Euskadi, porque en Álava suman el PSE y el PP el 31% de los votos. Todos estos datos colorean el escenario sociopolítico sobre el cual se ha abierto un proceso de paz que se moverá como un péndulo entre el fin de la violencia y el regreso -eso sí, imposible- a las acciones terroristas. Vendrán otras encuestas a modificar este sociómetro, pero todas ellas coincidirán en un punto: la sociedad en Euskadi clama por la paz.

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