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León

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La Asociación de Jubilados y Pensionistas San Pedro de Alcántara y Villaturiel y el grupo de bailes Las Espigas desean agradecer públicamente al Diario de León el tratamiento informativo y la especial sensibilidad con la que este medio en su edición del día 28 de agosto dio cuenta de los actos de la Fiesta de la Trilla. Para una humilde localidad como Villaturiel y una modesta Asociación como la de San Pedro de Alcántara contar con la proyección pública de una portada en el Diario de León ha sido el mejor remate con el que se podían cerrar los actos de esta Fiesta de La Trilla. Este proyecto surgió de los propios socios y vecinos de Villaturiel para tratar de mantener viva la memoria de la cultura rural, rendir homenaje a los antepasados que sacrificaron sus vidas en trabajos tan duros como la trilla y a la vez acercar a los más jóvenes el modo de vida de un tiempo no tan lejano que parece ya perdido en el túnel del tiempo en todos los pueblos de la provincia. La colaboración de todo el pueblo hizo posible que como decía el Diario de León en su portada las nuevas generaciones volvieran a la era de Villaturiel de la mano de las generaciones veteranas para revivir la trilla. Uncir las vacas, ajustar las cornales, rellenar el gachapo con agua, cabijar el rastro, preparar la bielda, engavillar o amarrar las vacas al cuartadero fueron expresiones que los pequeños pudieron escuchar por primera vez en esta fiesta de la trilla. El lenguaje como reflejo de la riqueza de la cultura rural e imágenes para el recuerdo recreadas en la era de un pueblo leonés y reflejadas en el Diario de León. Todo un motivo de agradecimiento al que, sin embargo, hay que unir la crítica al Ayuntamiento de Villaturiel que desde un primer momento rechazó la invitación de la Asociación de Jubilados y Pensionistas San Pedro de Alcántara para colaborar en este proyecto cultural de la trilla y que además se permitió el lujo de comprar un espacio publicitario en un medio audiovisual de la provincia sin ni tan siquiera contar con la opinión de la entidad promotora de esta fiesta de la trilla. Pero por encima de la crítica, vaya el agradecimiento al Diario de León y a todos los que de un modo u otro han colaborado para que en Villaturiel este año 2006 se haya vuelta a «hacer el verano» como antes, con la labor de la trilla, transformada ahora por el paso del tiempo de sacrificada labor en motivo de fiesta. José Martínez González (Villaturiel). Siempre se ha dicho que los peores enemigos de León han sido gente de casa. La historia, cercana y lejana, está tristemente llena de ejemplos en los que gentes con una visión caciquil y egoísta hasta el tuétano, han pretendido que León siga siendo el pueblo que ellos «manejen» al antojo de sus intereses. Muchas veces son los mismos que se mueven en los oscuros cenáculos donde torpes y advenedizos políticos se mezclan con los nuevos ricos nacidos de los favoritismos, la especulación y los negocios turbios. Cualquiera que lea las recientes declaraciones del representante de los comerciantes (no de todos, suponemos) afiliados a la Federación Leonesa de Empresarios, Alfredo Martínez y su furibunda oposición a la creación de nuevos centros comerciales y de recreo en la ciudad, se quedará atónito y tendrá que releer para dar crédito a lo que evidencia la letra impresa. Según él, comerciante de boutiques de lujo, «no hacen falta más comercios» y «León ya está suficientemente equipado». ¡Ver para creer! Hace falta una buena dosis de desfachatez y de irresponsabilidad personal para hacer semejantes afirmaciones siendo parte interesada en el asunto. Que esas reflexiones, suponiendo que sean ciertas, que no lo son, las hagan economistas o expertos independientes, sería asumible. Pero que las haga un tendero con establecimientos elitistas abiertos al público, es absolutamente rechazable e incluso insultante para la sociedad leonesa. Vivimos en una economía de libre mercado y de libre comercio; dejemos que sean los factores económicos los que marquen el ritmo de desarrollo de nuestra ciudad. No le pongamos trabas desde mezquinos intereses personales. Aprendamos a competir y no busquemos privilegios. A León llegaron grandes superficies y nadie duda que han aportado enormes beneficios económicos y de mejora en la atención al cliente. La primera implantación de una gran superficie supuso, en su momento, una reducción del 8% en el coste medio de la cesta de la compra; las siguientes han sido un revulsivo para el consumidor que se ha sentido por una vez atendido con respeto y cordialidad, algo bastante infrecuente en estos lares donde el cliente potencial ha estado acostumbrado a que se le haga «el favor de venderle». Los consumidores, y consumidores somos todos, seremos los que con nuestra aceptación o rechazo tendremos que decir si queremos y si hay lugar para otro tipo de comercio. Ana R. Díez Santos (León). Antonio Pereira (León)