EN POCAS PALABRAS
Ministros de Estado
EL PRINCIPAL criterio que debe guiar los pasos de quien es designado miembro de la Comisión Europea es el de adoptar una posición supranacional, el de actuar no como emisario de su propio país sino como verdadero gobernante de la Unión, haciendo primar los intereses generales del conjunto sobre los particulares del Estado al que pertenece. Algo semejante debería exigirse a los ministros del Estado, a los miembros del Gobierno, a los servidores públicos que habrán de gestionar un sector del interés colectivo nacional. Y ello habría de ser así aunque los presidentes del Gobierno -éste y los anteriores- preserven ciertos equilibrios territoriales, que también son deseables y aun necesarios. Por ello han resultado chocantes y chirriantes algunas declaraciones del ministro de Industria in pectore , Joan Clos, como que «se pueden hacer más cosas por Barcelona desde Madrid». Mal credencial es ésta para los atónitos españoles que no sean precisamente de Barcelona. Y pésimo indicio de particularismo de quien, en razón del cargo que va a ocupar, debería dar ante todo pruebas de altura política y de magnanimidad persona.