Reapertura incierta

HOLA, BIENHALLADOS. No sé si he elegido un buen día para abrir los cuarterones de este balcón. Huele a moho y sequedad. Hace un calor de fuego y es víspera de vírgenes: la de la Encina en Ponferrada, de Gracia en Mansilla de las Mulas, de la Zarza en Villamañán, de la Tornadera en Santa María del Páramo, la Peregrina en Sahagún, la del Buen Sueceso en la ribera del Bernesga y no sé cuántas más. Hoy es día de vírgenes. Y ayer lo fue de perros humanos. Un etarra con cabeza mondada como una patata, insultó y amenazó al juez con pegarle «siete tiros» durante la vista de otra de sus causas. Estremecedor. Y la exministra de Sanidad del Partido Popular, Ana Pastor, rescató la frase de su adorado charlotín: «Váyase, señor Caldera». La repitió no una, sino cinco veces, cuando se completaba la película de la negritud subsahariana llenándolo todo en Canarias. Hubo un poeta guineano que inventó la palabra negritud. Era también presidente del Gobierno. Nos ha remitido todos sus endecasílabos. Por todo lo rubricado «ut supra», no sé si he elegido el mejor día para reabrir esta balconada. Y, encima, sobre el cielo leonés nubes negras, como bandadas de tordos, amenazaban con descargas de granizo y lluvia de ira. Los tordos ya han acabado con los higos y los racimos de las parras. Pese al desencanto, algún día hay que romper la pereza. ¿Pereza, digo?. Tal vez, no; se trata de algo más. Pereza y desidia suelen viajar uncidas como los bueyes. De cualquier forma, permítanme una licencia en el reecuentro: siempre nos quedará no el Missisippi, sino resistir. Ya está abierto el curso político. Un curso especial. Lo aprobarán unos pocos y son multitud los alumnos. A siete meses vista están las elecciones autonómicas y municipales. Ya van clarificándose los competidores que saldrán desde la primera línea de meta. Es decir: como la pole position que se disputan este fin de semana Pedrosa y Alonso en motos GP y fórmula-1. El curso que comienza tiene por delantre dos grandes asuntos: inmigración y envío de tropas al Líbano. Dos temas de política exterior de altos vuelos. Dos asuntos, por otro lado, más interesantes que los que nos pusieron sobre el pupitre el curso pasado: estatutos de autonomía y nacionalismos periféricos. Este curso político comienza con las elecciones autonómicas catalanas y termina con las consultas autonómicas y municipales en trece comunidades. Se me antoja el que caba de iniciarse, con bastante ruido, por cierto, como un curso de altos vuelos políticos. Y no ya por el fragor de la batalla popular/socialista que se diagnostica, sino porque será un año electoral y electoralista. Y eso exige examinar los asuntos políticos en dos dimensiones: la electoralista a corto plazo y los de fondo al final del trayecto. Aunque no sea un buen día, merece la pena reabrir este balcón. Queda muchísimo percal que cortar. Me aseguran que hasta se están fajando cachorros políticos para morder al presidente del Gobierno desde León. Acabarán con los colmillos rotos. Pero, venga, va, yo lo que quiero es darles un abrazo en el reencuentro. Si las despedidas son tristes, siempre quedan compensadas con la alegría del encuentro.