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León

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Pasados los años, cuando el orden jurídico-jurídico construido tras la II Guerra Mundial está siendo cuestionado, Juan Pablo II volvió a replantear la vieja cuestión de la esencia y valor de la democracia. En su libro Memoria e Identidad, el Papa dedicó un capítulo a la democracia contemporánea. La tesis de fondo era la siguiente: la auténtica razón de ser de la democracia reside en su capacidad de responder mejor que otros sistemas de gobierno a la naturaleza racional y social del hombre, y en definitiva, a las exigencias de la justicia social. Claro que, para que así sea, recordaba en Centesimus Annus, la democracia debe asentarse en un sólido Estado de Derecho que no abdique de su compromiso firme de realizar la justicia. Lo mismo había escrito en plena Guerra Mundial el filósofo cristiano Maritain en su célebre obra Cristianismo y democracia al referirse al drama de las democracias que no han sido capaces, todavía, de realizar la democracia. Este mismo drama es el que, a día de hoy, amenaza de modo especial al Derecho y pone en tela de juicio las bases morales del Estado liberal. La tarea concreta de la política, advierte Benedicto XVI, es la de someter el poder político bajo el escudo de derecho. Porque sólo de este modo puede regularse el recto uso del poder. Y sin embargo, el triunfo del positivismo jurídico en forma de consenso, sumado a la reducción de la ley a una simple forma, nos lleva a un proceso de degeneración que sólo puede detenerse si volvemos a la idea de la ley como garantía de nuestra libertad. Si a la ley le basta la forma, denuncia el profesor Sartori, y la legalidad se confunde con la legitimidad, nada prohibirá al tirano ejercer su tiranía en nombre de la ley mediante órdenes disfrazadas de leyes. Lo mismo creyeron Pío XII y Juan XXIII. Lo mismo cree hoy Benedicto XVI quien, en su famoso diálogo con Habermas, sostuvo: tiene que haber un derecho que se siga de la naturaleza, que se siga del ser mismo del hombre. Y este es el derecho que hay que encontrar para que pueda ser correctivo del derecho positivo. De lo contrario, ¿qué nos queda? La pregunta merece respuesta. Hoy de modo no tan distinto como se le planteó a Pío XII, es una urgencia restaurar la intangibilidad de la dignidad humana como centro de los ordenamientos éticos y jurídicos. Se trata, advierte Benedicto XVI, de proteger a la persona contra la dictadura de lo accidental para devolverle su propia identidad que consiste en que ninguna instancia puede dominarlo, ni técnica, ni ideológicamente, porque él se encuentra abierto hacia la verdad misma. Anatolio Calle Juárez (Navatejera-León) El presidente de la Sociedad Española de Cardiología exigió, en la apertura del evento «Por el Bien de tu Corazón», una exclusión total del cigarro en los lugares públicos, por constituir uno de los primordiales factores de peligro en dolientes cardiovasculares. Resaltó «la necesidad de un cambio de hábitos de la población» para que disminuya el rol de los afectados de corazón. Por otra parte, la Sociedad Española de Oncología Médica, porfió por la obligación de la observancia de la Ley Antitabaco por parte de los recintos mesoneros, para evitar el cáncer, y esencialmente el de pulmón, ya que se diagnostican cada año, en España, 18.000 nuevos casos, de los cuales más del 90 por ciento lograrían evadirse renunciando al capricho de fumar. A su vez, el Ministerio de Sanidad puso en circulación una campaña publicitaria frente al cigarro. En ella se emplearon los mismos anuncios de la acción anterior, bajo el lema: «Gracias por no fumar». Esta campaña se orienta al 46,4 por ciento de fumadores que acordó abandonar el hábito del tabaquismo, cuando entró en vigor la ley contra el tabaco, según la Sociedad Española de Medicina de Familia. También el Gobierno se ha adherido a la asignación de más de 37 millones de euros a las Comunidades Autonómicas para sufragar planes sanitarios: prevención y control del tabaquismo, políticas de seguridad para afectados, cuidados anterior al nacimiento, métodos de investigación sanitaria, previsión de padecimientos emergentes... El resultado de la Ley Antitabaco se ha notado en la restricción de las transacciones de tabaco, según la investigación efectuada por ACNielsen. En casa de comidas, el volumen de las operaciones bajó un 13,7 por ciento respecto al año anterior. Según el mismo estudio, a principios de 2006 se han trajinado 514.000 unidades de productos antitabaco, un 33 por ciento más que el año anterior. Clemente Ferrer Roselló (Madrid).