PANORAMA
¡Gracias por fumar!
POR FAVOR, no deje de fumar. Es terrible para la economía, ¿sabe? El próximo estreno de la soberbia opera prima de Jason Reitman Gracias por fumar , película que le recomiendo vivamente, me ha hecho reflexionar sobre la problemática del tabaco. Con 4000 millones de euros en impuestos directos ingresados por las arcas del Estado en 2006, uno se pregunta qué sería de éste país sin sus fumadores, que compran a diario estos fantásticos bonos del Tesoro en paquetes de 20, solo que éstos acumulan su macabro interés en las negras cavidades pulmonares, no en las cuentas corrientes. «El recorte de libertades al fumador es una medida fascista», han afirmado las asociaciones de fumadores ante el estreno de la película. Totalmente de acuerdo. Ya es hora de que el Estado deje su absurdo intervencionismo en la industria tabaquera. ¿Acaso no hay maravillosas carreteras y hospitales que se construyen gracias a los impuestos sobre el humo? ¡Parece mentira! Ya es suficiente que nos persigan en el trabajo, en bares y en restaurantes. Ahora hasta quieren quitar las máquinas expendedoras. ¿Es qué nadie va a pensar en los niños? Los pobres tienen que esconderse para echarse unos pitillitos después de clase, y si encima tienen que entrar a un estanco a comprar podría ser que un desalmado estanquero les pidiera el DNI. Medidas fascistas, todas ellas, que ahogan nuestro derecho constitucional a ahogarnos solitos. Y para colmo estrenan ésta comedia satírica sobre un encantador relaciones públicas de la industria tabaquera que dedica su esfuerzo diario a desmontar las acusaciones infundadas de oncólogos y demás ralea relacionando el uso de nuestra libertad, que tanto bien hace al equilibrio presupuestario de España y que nos reafirma en nuestros derechos. Una cinta inteligente, compleja y tan hipócrita que no se ve ni un solo cigarrillo encendido en toda la película. ¿Y además, quién demonios quiere vivir hasta los noventa años? Así que ya sabe. Fume, si es tan amable. Introduzca en el hábito a sus familiares no fumadores y colabore de ese modo con el Estado. Sea libre. ¡Qué menos!