Cerrar
Publicado por
MARÍA J. MUÑIZ
León

Creado:

Actualizado:

A BOLSA revuelta, ganancia de inversores. Que se lo digan a los accionistas de Endesa, a los que la revolución del mercado eléctrico les está viniendo de perlas. Al menos ellos saldrán beneficiados, porque las dudas (tal vez las certezas) sobre quién pagará el coste de la multimillonaria operación se agudizan con el paso del tiempo. Cándido Méndez apuntaba tres posibles paganos esta semana en León: los consumidores, a través de un incremento de tarifas; la empresa, cercenando las inversiones en generación y distribución o los trabajadores, a través del consabido sistema de expediente de regulación de empleo. El caso es que, gracias a las revueltas de las opas, el mercado bursátil ha retornado a aquellos dulces tiempos en los que tener acciones de Terra se consideraba un seguro de jubilación, Telepizza era modelo de empresa y las tecnológicas multiplicaban su valor por diez en una semana. Dulces y alegres tiempos en los que el dinero se transformó en nada, la nada que había en la gran burbuja bursátil que estalló hace ahora seis años y medio dejando a muchos pequeños inversores con un palmo de narices y rascándose el bolsillo para liquidar aquellas acciones que unas horas antes valían un potosí, y luego no daban ni para pagar las comisiones. La bolsa recupera ahora aquellos máximos históricos de la mano de otros valores, y mientras los inversores recuperan la confianza en que las nuevas empresas estrella no oculten burbujas que conviertan sus esperanzas en estrellados planes económicos. Y lo hacen sin abandonar el ladrillo, el tradicional refugio sobre el que pesa también insistentemente la sombra de la otra burbuja. Las economías domésticas deben andar fuertes si dan para tantos frentes.

Cargando contenidos...