EN EL FILO
¿Vuelve el felipismo?
SE LO ha dicho Rajoy al presidente del Gobierno, de escaño a escaño en el Congreso: «Vuelven ustedes a los peores tiempos del felipismo». Se tratase de una acusación directa a Zapatero o de una advertencia a la ciudadanía, la afirmación del líder «popular» no parece haber sobrecogido al público. ¿Ha olvidado la gente las cuatro legislaturas, algunas abreviadas, de Felipe González o no se detiene la memoria histórica renacida actualmente en épocas tan cercanas?. Zapatero, según Rajoy, estaría regresando por el túnel del tiempo al pasado felipista o escenificando y reviviendo en el presente un felipismo que el PP considera apestoso o agusanado. Pero a santo de qué tira Rajoy a la cara de Zapatero el pasado de Felipe González, al que ZP ni reivindica ni menciona, salvo en muy raras ocasiones. En su réplica a Rajoy, el presidente ignoró totalmente lo de su regreso a los peores tiempos del felipismo, y ni siquiera recordó a su adversario el deterioro que pueden sufrir, y pudieron haber sufrido -trienio 1993/96-, los cimientos del Estado por una estrategia de oposición conservadora sin el debido respeto a espacios institucionales acotados. La batalla política vuelve a extenderse ahora a ciertos terrenos de la Judicatura, con jueces alineados disciplinadamente de acuerdo a la ideología política que los ha promovido, mientras en el mundo mediático se revisten frecuentemente de exquisita inocencia y elegancia falsedades informativas que sólo se sobreviven a sí mismas mediante la fabulación insistente. No se entiende bien que el recuerdo peyorativo del felipismo en sede parlamentaria no haya encendido alguna pasión política, pero la verdad es que la frase de Rajoy ha pasado instantáneamente al olvido sin pena ni gloria. Hasta el mismo Felipe González, ayer con fiebre por catarrejo del otoño, sonrió ante la ocurrencia de Rajoy, y sin darle la menor importancia, dedicó unos minutos a analizar con suaves sarcasmos las interpretaciones históricas de Aznar. Acababa de cerrar González un seminario euromagrebí organizado por el Círculo Mediterráneo, presidido por Carmen Romero, y el Círculo de Bellas Artes, con presencia de numerosas autoridades universitarias de Europa y del Magreb, y dijo en su círculo más íntimo, mostrando una maliciosa sorpresa, que no acertaba a entender la Historia que Aznar iba narrando por ahí. González se refería al hecho cronológico de que los ocho siglos de presencia árabe en Españason la etapa más larga de nuestra Historia llamémosla «consciente», pues ni entre los reinados visigodos ni desde la conquista de Granada a la actualidad se suma más tiempo que el del influjo, con presencia territorial cada vez menor, de la otra del Mediterráneo en nuestra orilla. España ha gozado menos tiempo de soberanía que de convivencia con el Islam, se conviviera en guerra, en paz, en situaciones de vasallaje o en estrecha colaboración artística o intelectual. Por eso le resulta inexplicable a Felipe González que Aznar eche de menos las excusas que debiera haberle presentado algún ciudadano musulmán, por haber invadido la España visigoda sin haber pedido autorización. No vuelve el felipismo, aunque en cierta ocasión el mismo Rajoy lo añorase, bien es verdad que para menospreciar a ZP.