Dos varas de medir, claro

EL LENDAKARI Ibarretxe, en horas bajas, y en referencia al etarra De Juana Chaos en huelga de hambre por no haber sido excarcelado tras cumplir veinte años en prisión (ha sido procesado de nuevo por delitos de amenazas, vertidas en unos artículos escritos en la cárcel), ha comparado este caso con el de Rafael Vera, quien, condenado en el «caso fondos reservados», disfruta de diversos beneficios penitenciarios. A juicio de Ibarretxe habría dos varas de medir. Y efectivamente, así es, y no por alguna arbitrariedad inaceptable sino porque la justicia consiste precisamente en tratar de distinto modo situaciones diferentes. Y no es evidentemente igual de grave meter la mano en la caja que asesinar alevosamente a varios ciudadanos. De Juana Chaos es un abyecto personaje que no se ha arrepentido de sus crímenes y que ha tratado de colarse con subterfugios por los intersticios de nuestro sistema penitenciario. Sin que estos razonamientos supongan disculpa alguna hacia los delitos de Vera, es claro que hay que tratar a De Juana Chaos con la dureza que está implícita en el reproche social que sus crímenes provocan.