La Ciudad del Mayor
Cuando el sistema no es favorable a los intereses de algunos sectores lo lógico y lo prudente sería aceptar la realidad y tratar de cambiarla por los medios y cauces que la democracia y su complemento indispensable la constitución permiten a través de la persuasión y el razonamiento se consiguen las mayorías y éstas son las que permiten dentro de un sistema democrático modificar las reglas de juego. Lo otro, lo que algún partido político está haciendo, es simplemente prostituir el sistema, socavar los cimientos democráticos a fin de dejar el edificio en una situación de debilidad altamente peligrosa creyendo que así el miedo se apoderará de las masas y ello producirá un cambio de mayorías. A estas alturas seguir machacando un día sí y otro también que lo que se decide por mayorías en el Parlamento y lo que dictaminan los jueces no es válido y en cambio lo que predican los voceros y mamporreros de la corte de las Gaviotas es la realidad sin paliativos ni discusión, seguir desacreditando a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado pensando que así obtendrán el voto de aquellos que les abandonaron en marzo del 2004, es una terrible equivocación y no sólo es una terrible equivocación política sino que se está ocasionando un daño tremendo al propio sistema democrático, pues hemos de pensar que si ellos no gobiernan este país, los males que se expandirán sobre nuestras cabezas serán varios y apocalípticos: España se romperá por Cataluña, el GAL regresarán con más fuerza, el terrorismo etarra habrá conseguido la rendición del Estado español y los emigrantes nos invadirán, y ya se sabe la última vez que nos invadieron permanecieron aquí más de ochocientos años. No nos merecemos un Poder Judicial donde algunos de sus miembros se comportan como extremistas políticos, ni tampoco nos merecemos unos medios de comunicación que su única finalidad es insistir de forma torticera, machacona y continuada sobre supuestos y no sobre realidades, prostituyen la información, pues mezclan la opinión con la información y sesgan la verdad hasta convertirla en algo inteligible sin reparo alguno, no nos merecemos los españoles que con el dinero de todos alguna asociación de víctimas del terrorismo se dedique a ocupar la calle para hacer campaña política a favor de un determinado grupo político, no nos merecemos una cúpula eclesiástica que se manifiesta conjuntamente con un determinado grupo político, ocupando la calle para protestar contra derechos civiles democráticamente y legalmente promulgados, mientras no dicen ni pío sobre el gran drama humano que supone la llegada constante de harapientos y desheredados en cayucos y pateras a nuestras costas, en busca de pan y trabajo. Se equivoca la derecha española y con ella sus satélites de comunicación y evangelización, la democracia está fuertemente asentada en nuestro país, afortunadamente atrás quedaron ya aquellos ruidos de sables en los cuarteles y aquellas homilías perversas donde en vez de predicar el evangelio se predicaba un puro credo político antidemocrático. Felipe Rubio Carracedo (León). De mi consideración: Entiendo que lo que a continuación les refiero merece una advertencia pública en evitación de otro futuro desastre en la circulación, concretamente en Renfe cual fatalmente viene aconteciendo, últimamente en Palencia. Los regionales de Ponferrada-Vigo de seis de la tarde se ven obligados a tener un cruce en las estaciones de Los Peares o Barra de Miño (Orense) con el tren «catalán» sobre las 8-9 de la tarde que lo hace a toda velocidad sin percatarse que cualquier día por causa humana o mecánica puede acontecer un desastre, como los de Palencia o Valencia, etcétera... Hay que ser previsores y dicho tren al entrar en la estación debe moderar la velocidad ya que ello no perjudicaría en nada su horario aunque circulara con retraso pues primero son las vidas humanas que hay que preservar que los demás daños materiales. Ello está en nuestras manos el evitarlo y así se le debe hacer saber a Renfe, lo que acontecerá en otras muchas oportunidades del territorio nacional. No esperemos a que acontezca el desastre para el remedio pues sería tarde. Creo que merece una llamada de atención. Alfonso González Serrano (Ponferrada).