Sexo y política

LA APROBACIÓN en Estados Unidos de la venta sin receta de la píldora anticonceptiva del día después no ha estado exenta de polémica. El «Plan B», como se conoce a la pastilla, tiene una probada efectividad, reduce las posibilidades de embarazo en un 89 por cien, y parece no tener efectos nocivos físicos. Alguien ha dicho que es tan seguro (inocuo) como una aspirina. Las discusiones se centran en los aspectos morales que, a su vez, desembocan en los políticos. Para bastantes grupos antiaborto, que en Estados Unidos no se reclutan sólo entre católicos, el uso de la píldora del día después suscita objeciones parecidas al aborto porque, arguyen, no esta claro si actúa impidiendo la implantación de un óvulo ya fertilizado. La politización del tema llevó a que las autoridades sanitarias suspendieran la aprobación de la venta sin receta a pesar de que un comité de expertos había votado masivamente a favor. Después de diversas escaramuzas en el Congreso, con congresistas amenazando con vetar el nombramiento de altos cargos sanitarios si no se daba luz verde, el producto exigirá receta sólo para las jovenes menores de 18 años. Más politizado y de mayor trascendencia en las inminentes elecciones es el remolino causado por el congresista de Florida sorprendido enviando emilios escabrosos a estudiantes jovencitos masculinos que hacen prácticas como pajes o «botones» en el Legislativo. A un mes de la votación, el panorama electoral se ha oscurecido repentinamente para los republicanos. No es la primera vez que un padre de la patria tiene escarceos con los estudiantes de uno u otro sexo. En esta, sin embargo, el tema tiene un considerable morbo inicial, Foley, el político en cuestión, mandó un emilio a un chaval de 16 años con el texto de «¿Cómo le va a mi semental favorito?» y al parecer remitió otro contándole que se había masturbado en el Congreso mientras lo llamaban para votar. Que Foley sea republicano, partido teóricamente defensor de los valores tradicionales, añade picante . Pero la explotación del asunto por los adversarios demócratas viene del descubrimiento de que la jerarquía republicana de la Cámara sabía del asunto, y según los demócratas que lo pregonan en la televisión de los demarcaciones en que hay elecciones, hizo poco para pararlo. Falso, fulminan los republicanos que contraatacan diciendo que resulta extraño que el tema, conocido por demócratas y un par periódicos progres desde hace meses, sólo haya sido revelado ahora a cinco semanas de las elecciones. Explotación política, dicen. Efecto esta teniendo. El Los Angeles Times apunta que el momento es terrible para los republicanos, mientras que el New York Times analiza que la repercusión entre los votantes de avanzada edad y las mujeres será nociva para el partido de Bush. Los demócratas necesitan ganar quince escaños para tener la mayoría y ahora, según este matutino, con el escándalo, los 20 puestos muy disputados se han convertido ya en 25.