Diario de León
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

Creado:

Actualizado:

MIENTRAS los observadores competentes tendían ayer a minimizar algo la importancia militar de la bomba atómica norcoreana (el país no tiene capacidad para miniaturizar las cargas nucleares ni para montarlas en sus cohetes) eran evidentes en cambio los daños políticos causados por la prueba. El primero y más obvio es la posición desairada en que la explosión deja a China, universalmente tenida como el único apoyo sólido y eficaz de que aún dispone Corea del Norte, un país que nació tras la guerra de Corea de 1950-53, terminada sin una victoria del Sur y los norteamericanos¿ por la presencia de un poderoso cuerpo expedicionario chino. Pekín está en una posición embarazosa en el Consejo de Seguridad, se ha unido aparentemente sin vacilar a la condena por el gesto norcoreano y no puede ahora, sin más, reconvocar el foro multilateral que animaba como anfitrión para manejar la crisis en términos diplomáticos y que, tras innumerables sesiones, no pudo convencer a Pyongyang. Con todo, se dice que hay ya contactos de alto nivel para intentar reconducir la situación. Y se da por hecho que hay ya gestiones en marcha con la intención de atenuar, si es posible, la reacción en la ONU. Japón, con un nuevo primer ministro nacionalista, desinhibido respecto al pasado militar de su país y decidido a cambiar la Constitución pacifista de 1948 por otra sin limitaciones para el rearme o la disponibilidad de las fuerzas armadas para intervenir, encuentra un argumento en la alarma causada por la prueba. El país, si decidiera dotarse de armas atómicas, podría conseguirlo en un tiempo récord¿ aunque tal cosa provocaría una controversia con Washington¿ por no hablar de lo que pensarían en China. Rusia, que tiene una remota y pequeña frontera con Norcorea y la vecindad de la península de Sajalín, repleta de instalaciones militares, se inquieta por lo que la explosión tiene de acicate para el rearme nipón, que sí le preocupa a largo plazo. Moscú hará todo lo necesario para evitar una alteración profunda del statu quo geopolítico regional.

tracking