Con dos ruedas

QUIENES me conocieron en mi juventud saben que no puedo escribir en contra de las bicicletas, porque fue mi vehículo para andar por la ciudad, cuando los de mi edad sólo usaban la bici para dar vueltas por su calle. Queda claro que estoy a favor de su utilización, con las ventajas que supone de no contaminar, hacer ejercicio y poder llegar hasta el sitio que vayas sin perder tiempo buscando aparcamiento. Pero hay varias circunstancias que impìden que sea un vehículo apropiado para nuestra ciudad. No ya por el frío (y no porque las bicicletas sean sólo para el verano, pero está claro que no son para el invierno leonés), sino por las nulas posibilidades de nuestras calles, estrechas y con una densidad de tráfico muy por encima de la que pueden soportar, con el peligro que esto respresenta para el más débil -en este caso el ciclista- que no tiene carrocería que le proteja. Si añadimos que el asfaltado de las calles, especialmente junto a los bordillos, es singular, de forma que aumenta el peligro si las bicis se acercan mucho a ellos, tenemos motivos más que suficientes para asegurar que las bicicletas no son para León y que podemos engañarnos, pero por las calles es imposible hacer un carril bici. Eras de Renueva, las márgenes del Torío, o La Lastra podrán tener carril para bicicletas, pero no el centro o para cruzar la ciudad. Respecto a la idea de alquilar bicicletas para andar por el campus, la zona de la Corredera, el carril (ya deteriorado) del Bernesga y la explanada de la Junta, creo que son trayectos muy cortos, que valen como paseo pero no para sustituir el coche... Además en otras ciudades (léase Santander, junto al monumento a Pereda) dejan las bicicletas, no hay que alquilarlas...