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DESDE LA CORTE

Fiesta nacional, sólo en parte

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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¿QUÉ TAL HAn ido sus sentimientos nacionales ayer? Bien, supongo. Al fin y al cabo era festivo, caía en jueves, y eso propició un grandioso puente laboral; el primero del curso. En cuanto a la Fiesta Nacional, sospecho que su entusiasmo, como el mío, era perfectamente descriptible. El 12 de octubre, en competencia con el Día de la Constitución, no consigue calar en la conciencia colectiva. En cada una de las comunidades, sus fiestas autonómicas adquieren mayor relieve, con más presencia popular, más atención informativa y mayor implicación de los partidos. La Fiesta Nacional de España no tiene más actos conocidos que el desfile militar y la recepción del Palacio Real. Y encima, las ausencias son notorias. Ayer acudieron menos de la mitad de los presidentes autonómicos. Las ausencias habituales del lendakari y el presidente de la Generalitat han sido por ello menos noticia. Tendrá esto algo que ver con la crisis de la nación y de la identidad española? No tengan ninguna duda. Es la muestra evidente de la falta de sentimiento que observamos todos los días en otros episodios políticos. Hay dirigentes a quienes les produce rubor sólo la idea de que sus paisanos, electores suyos o no, los vean mezclados con esas exhibiciones de patriotismo español. ¿Cómo reaccionarían los nacionalistas vascos si ven a Ibarretxe aplaudiendo a un paracaidista que aterriza con la bandera roja y gualda? ¿Y cómo reaccionaríamos el resto de los ciudadanos, si le vemos que no aplaude? Le montaríamos una bronca mayor que a Rodríguez Zapatero el día que tuvo la ocurrencia de no levantarse al paso de la bandera americana. Está claro: la Fiesta Nacional sólo es un nombre oficial. Pero no es una celebración de todo lo que entendemos por España. Es más: habrá, seguramente, nacionalistas -digámoslo con la palabra de siempre: separatistas- que, al ver desfilar a las diversas unidades del Ejército, las verán como enemigas; como la razón última del Estado unitario frente a sus sueños de autodeterminación o independencia; como lo que han dicho siempre: «la bota de Madrid». Y, respecto a la bandera, malamente le pueden rendir homenaje si a diario levantan la regional -recuérdese el partido de las selecciones en el Camp Nou- como réplica a la española. Claro que la estampa que estoy imaginando tenía también su otra versión en el Paseo de la Castellana. Si miramos al público presente en el desfile, ¿aplaudirían a los citados Ibarretxe o Maragall? Tampoco. Si hay un sector de los espectadores que está esperando a Zapatero para abuchearlo, que lo hacen todos los años, a esos señores no los dejarían ni bajarse del coche. Así es España. Mejor dicho: así son las Españas. Ayer se pudieron palpar. 1397124194

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