Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

VIVIMOS en la era de la brevedad y el microrrelato es el género de moda. «Soñé que un niño me comía. Desperté sobresaltado. Mi madre me estaba lamiendo. El rabo todavía me tembló durante un rato». El perro protagoniza uno de los minúsculos relatos reunidos por Luis Mateo Díez en Los males menores y que ayer leyó en el congreso de literatura leonesa actual la profesora Irene Andres-Suárez. El microrrelato se me antoja hoy reflejado en las cifras y la lacra de la pobreza: dos millones de niños mueren en su primer día de vida. El 10% de la población detenta y disfruta el 70% de la riqueza y el 70% de los pobres son mujeres. Más de medio millón fallecen en el parto o por complicaciones del embarazo. Se sabe cuál es la raíz de estas cifras de muerte y tragedia y hasta los economistas tienen clara la fórmula para evitarlo, pero las grandes empresas y los grandes gobiernos se tapan los oídos para no escuchar la voz de la justicia. Yunus, el inventor de los microcréditos es una gota esperanzadora en un mar desesperado, ese que cruzan temerariamente senegaleses y los otros africanos que huyen de las estadísticas de la muerte. El congreso de literatura leonesa dio mucho que hablar del poder de lo local, las tragedias y riquezas provinciales, para llegar a lo universal, las grandes preocupaciones humanas, algo a lo que se viene dando vueltas en las últimas décadas para conjugar la identidad con la diferencia y lo particular con lo universal, sin complejos. Las organizaciones que luchan contra la pobreza también creen en el poder de la presión y la implicación local, de cada ciudad, y particular, de cada ciudadano y ciudadana, para convertirse en palanca que haga saltar por los aires la inercia del conformismo en el que si uno se instala cómodamente jamás tendrá oportunidad de hacer que otras ideas, tal vez una utopía, muevan sus hilos. Actuar localmente y pensar globalmente. Hoy lo local y lo universal se dan cita San Marcelo para poner hechos y no palabras en la rebelión contra la pobreza.

tracking