El trabajo es lo que cuenta

DE UN tiempo a esta parte, algunos entrenadores de fútbol de primera fila, afectados por un súbito ataque de modestia, explican a quien quiera escucharles que el secreto de su actuación está en el «trabajo». Ni la genialidad de sus pupilos ni la capacidad de improvisación de algunos «galácticos» desempeñarían un papel relevante en la marcha del equipo: sólo el entrenamiento duro, sacrificado y constante proporcionaaría buenos resultados. Esta posición, claramente forzada y diletante, trata de explotar el prestigio del concepto «trabajo», que efectivamente compendia el fundamento de todos los logros humanos. Pero el abuso del término acaba irritando a quienes realmente «trabajamos» para subsistir y para sentirnos realizados... sin obtener rentas astronómicas.