Paletos

PROMETE el candidato de CiU a la Generalitat, el democristiano mosén Artur Mas, crear un «carné de catalanidad por puntos para integrar a los inmigrantes», porque, al igual que en El Crucero de aquí, aquello se está poniendo perdido de moros, negros, sudacas, chinos de todo a cien y rusos blancos de la antigua URSS sin blanca. Parece ser que son difíciles de digerir para una nació que ya tenía atragandados a charnegos como Montilla, que no pasó del bachiller, o a gitanos ilustres como Peret, el inventor de la rumba catalana, y, aún antes, a la bailaora Carmen Amaya. Artur Mas no ha dicho aún cómo nos piensa puntuar, pero mi medio compadre Maquinavaja, que ejerce su oficio en las Rambas mejor que nadie y cualquier día de estos lo nombran allá empresario del año, habla ya en jerga catalana en vez de la de «El buscón» de Quevedo, se ha hecho socio del Barça, sólo roba a impositores de la Caixa y piensa apuntarse de apoderado de CiU para las elecciones del día de Todos los Santos o, como mucho, en diciembre, no más tarde del día 28 -para inocente él- a fin de sumar méritos en la cartilla. No tiene aún claro si enrolarse también en los mossos de esquadra y catalanizarse en nombre, como un tal Raimon, de San Cristóbal de la Polantera, el que iba a hacer por estos arrabales el parador de Villablino pero de momento le va como dios de secretario de Turismo. «También soy caló», me dijo el Maqui ayer por teléfono a la catalana, o sea a cobro revertido, «pero no tengo tan buena color como la Moreneta y que me perdone mi compadre de Andorra y el obispo de la Seo de Urgell». Dudo que sea rentable tanto paletismo nacionalista en la era de Internet y al que no piense así que le den butifarra. Ayer, sin ir más lejos, para comprar unas longanizas busque en el Google y me salían dos: chorizos Revilla y espetec Casa Tarradellas. El primero no tenía comparanza, así que para acompañarlo encargué, ya de paso, una caja de Xamprada a otro zumbado de Cacabelos. Me puse a tope, nen .