Diario de León
Publicado por
CARLOS G. REIGOSA
León

Creado:

Actualizado:

LAS INSTITUCIONES comunitarias parecen encargarse del desgobierno de la Unión Europea. Es como si todos los países estuviesen de acuerdo en alimentar una burocracia cuyo objetivo final fuese no crear complicaciones con su desmedida eficacia. Y hay que decir que este papel limitado o restringido lo cumplen magníficamente las actuales instituciones de que nos hemos dotado. Lo malo es que la Unión Europea, como concepto, se desdibuja, y ya no son muchos los que saben decir hacia dónde va o a dónde quiere ir. Hay que decirlo con rotundidad: la ampliación está siendo un fracaso político claro y peligroso. No la deseaban los europeos comunitarios, que la afrontaron con una torpe mezquindad que sólo podía generar lo que ha generado: rechazo y frustración en los nuevos países de la UE. Escúchese el discurso polaco, sin ir más lejos. Un nacionalismo rancio campa a sus anchas sobre el desencanto sembrado por la Unión Europea. Una ultraderecha antieuropeísta se extiende por Francia, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Austria, Polonia y Eslovaquia. Ni siquiera los augurios de una cierta bonanza económica logran aventar los temores. Si los padres eurofundadores levantaran la cabeza no reconocerían este panorama. Seguro. Y es que la Constitución Europea era -y es- un instrumento irrenunciable para avanzar en la unión política. Sin ella, sólo somos ese grupo de 25 países cuyos líderes le exigieron infructuosamente al presidente Putin en Finlandia seguridad en el suministro de gas y petróleo. El dirigente ruso se permitió el lujo de no comprometerse ni ofrecer garantías. La realidad debería haber sido justamente la contraria, con Putin exigiéndole garantías a la Unión Europea de suministrarse en su mercado energético. Pero Moscú puede decir lo que le dé la gana en estas cumbres porque, más allá de sus relaciones con la UE, están sus compromisos con Alemania y con empresas europeas que negocian por su cuenta. Al cabo, esta UE sólo sirve para denunciar el deterioro de los derechos humanos en Rusia. Algo muy de agradecer, pero que no puede ser su único papel.

tracking