Otro muro de la vergüenza
SI SE CONSUMA su iniciativa, Bush dejará como legado un vergonzante muro de más de mil kilómetros que separará físicamente Estados Unidos de México, y que tiene como objetivo dificultar la inmigración. La medida es, vista del lado mexicano, «una muestra, quizá, de la incapacidad de Estados Unidos de ver el asunto de la migración como un asunto de corresponsabilidad, como un asunto que corresponde a los dos países». Washington tiene razón para intentar frenar unos flujos que ascienden a unos 450.000 latinoamericanos al año, pero el gesto inamistoso del muro tendrá sin duda repercusiones de toda índole en la relación bilateral con México. Menos mal que todo indica que los republicanos perderán pronto la mayoría en el Congreso y saldrán de la Casa Blanca.