Abuso municipal
El señor Enrique Soto discrepa de un artículo que publiqué en el Diario de León el día 10 de septiembre ( León sin León ), y así lo ha manifestado en estas páginas. Yo no comparto sus razones, que bien respeto, pero debo hacerle dos observaciones. La primera, que el hecho de que ni zamoranos ni salmantinos tengan interés en una autonomía triprovincial leonesa, no significa que yo dé por sentado que la mayoría de los ciudadanos de la provincia de León sí la deseen. En absoluto. La segunda observación es más severa. Porque el señor Soto afirma que yo «obedezco a los mandamases de Valladolid». Sobre este particular debo decirle a mi interlocutor que yo vivo en Valencia, desde hace 30 años y que no conozco a ningún «mandamás» del PP ni del PSOE de la comunidad de Castilla y León. Incluso le diré, aunque le parezca increíble, que sólo estuve dos veces en toda mi vida en Valladolid. Yo voy por libre, señor Soto, y mi trayectoria personal así lo avala. Ello tiene sus precios, es cierto, pero yo los pago satisfecho y feliz. Yo opino en libertad. Nunca formé parte de ningún colectivo político ni busco ninguna prebenda. Yo vivo muy bien junto al Mediterráneo, donde me he sentido más leonés que nunca, y me siento; y sólo trato de buscar la verdad. César Gavela (Valencia). Con la asignatura Educación para la Ciudadanía el Gobierno central muestra claramente un cierto parcialismo laicista. Da la sensación que el Estado se quiere convertir en educador, por tanto habrá que preguntarse: ¿Qué espacio queda para la democracia? Si como parece el objetivo es adoctrinar, con este proyecto la primera víctima será la libertad. Por otra parte las palabras del presidente del Gobierno en cuanto a la implantación del laicismo son claras y contundentes: «España necesita recuperar un proceso de laicidad de forma subliminal, poco a poco, en diversos ámbitos». Si tenemos en cuenta el interés que desde el Ministerio se está poniendo en la implantación de esta asignatura, para el señor Rodríguez la educación es uno de estos «ámbitos», eso aunque la Constitución diga que «la formación moral y religiosa de los al umnos se hará conforme a las convicciones de los padres». Estamos ante otro de los aspectos en los que el tolerante presidente no acepta sugerencias de sectores cualificados ni se atiene a dere chos. Jaume Catalán Díaz (Gerona). La Comisión Europea ha presentado los resultados de una consulta sobre salud alimentaria y actividad física, enfocada hacia la prevención de la obesidad y las enfermedades crónicas. Según estos resultados se estima que en la UE (Unión Europea) hay actualmente 14 millones de niños con sobrepeso (índice de masa corporal mayor de 25), de los cuales 3 millones son obesos (más de 30). El número de personas obesas se incrementa a un ritmo alarmante; siéndolo un 27% de los hombres y un 38% de las mujeres europeas. Se estima que los costes de las enfermedades relacionadas con la obesidad suponen un 7% de los gastos médicos totales. Un estudio llevado cabo en Estados Unidos por una institución pública NIEHS (Institute of Environmental Health Sciences;) muestra que las personas obesas, tienen una probabilidad significativamente mayor de padecer infertilidad que las de peso normal. Según los datos del estudio, que se ha hecho estudiando 1.468 matrimonios de agricultores, un 20% de incremento de peso corporal aumenta el riesgo de infertilidad en un 10%. Así las cosas, pienso que hay motivos para la preocupación, pero también me pregunto ¿Qué hay de falta de formación, qué de exceso de individualismo y, qué de disponer de demasiados recursos que no sabemos utilizar? Sin duda es un síntoma de enfermedad grave no sólo por los efectos como por el origen. Domingo Martínez Madrid (Baños de Valdearados, Burgos). Adela (En la edición digital diariodeleon.es).