DESDE LA CORTE
El único paso del presidente
EL PRESIDENTE del Gobierno recibió a la Ser en La Mnocloa para dejarse entrevistar. Según el entrevistador, Carles Francino, estaba apalabrado para hablar de las elecciones catalanas, pero la actualidad manda, y tuvo que pronunciarse sobre la marcha del proceso negociador con ETA. Ni el oyente más atento y avispado habrá sido capaz de obtener grandes novedades, salvo las obvias (que se mantendrán la reglas del juego) y las acostumbradas (que Zapatero sigue siendo moderadamente optimista). El presidente ha construido un discurso complejo, propio del gobernante que siente que una palabra de menos podría hacer fracasar el invento, y una palabra de más levantaría en armas a la oposición. Pero sí hubo un detalle muy menor que a este cronista, sin embargo, le llamó poderosamente la atención: el señor presidente dijo que «sólo había dado un paso, que es ir al Parlamento a compartir los principios de un posible proceso de paz». Eso es todo lo que hizo, según confesión propia, y ocurrió hace cuatro meses. Si no miente, quiere decirse que aquí estamos viviendo en una inmensa ficción. Nada de lo que ocurre y contamos a diario tiene que ver con la realidad oficial. Ni hubo los contactos que se dice, ni De Juana Chaos ha sido beneficiario de ningún acuerdo secreto, ni el Pleno de Estrasburgo se hizo a sus instancias, ni se ha prometido nada a los batasunos, ni éstos tienen razón cuando piden al PSOE que cumpla los compromisos contraídos. Sólo hay una explicación para hacer coherente esta realidad «desinformativa» que el presidente nos ha trasladado: no hay decisiones directas suyas. Sólo hay varios niveles de actuación, que se superponen como las capas de la cebolla, pero no llegan a él. Van desde los contactos exploratorios que mantienen los socialistas vascos hasta la actuación del ministerio fiscal. Pero esos acontecimientos deben de ser autónomos, efectuados por libre, sin ninguna coordinación superior, porque el presidente sólo confiesa haber dado el paso de informar a los ciudadanos. Todos estamos equivocados: los cronistas que edificamos suposiciones a partir de hechos extraños, y la oposición de Mariano Rajoy, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, que tienen indicios tan negativos que han empezado a pedir directamente la paralización del proceso. ¿Cómo lo ven ustedes? Es la situación más rara que podríamos imaginar. Pero, como yo sigo creyendo en Rodríguez Zapatero, le tengo que decir: presidente, organice usted la riada informativa. No le pido que renuncie a la discreción, imprescindible en un proceso como éste. Pero no podemos quedarnos con la impresión de que el gobernante abre todos los días los periódicos y se encuentra con una realidad que lidera, pero, oh sorpresa, desconoce.