Valderas

ALEJANDRO Valderas, ese concejal leonesista que pasa por la vida con los dos avales fundamentales del político, la honradez y la eficacia, más un tercero que ya únicamente está reservado a los mejores, un gran corazón, presentará el lunes su último libro, La Asociación Leonesa de la Caridad y los inicios de la asistencia social en León, con el patrocinio de Caja España. En esta ciudad, raspas un poco y te irrumpe un pasado galdosiano. La obra es amena y precisa, indispensable para comprender cómo hemos llegado a nuestro actual sistema de asistencia al necesitado. El conocimiento que tiene de los temas leoneses es un tesoro no sólo para su partido, sino para todos los ciudadanos. El suyo es un leonesismo ético. Por esa gran cultura suya sobre nuestra historia, por la suma de conocimientos y de valores que confluyen en su persona, era el autor apropiado para abordar esta investigación. No comparto todos sus planteamientos políticos, y Valderas no sólo lo sabe sino que lo acepta, pero creo que son las personas como él quienes humanizan y dignifican nuestra selva urbana. Humilde en las duras y en las maduras. En mi escalafón de políticos ejemplares figura en los primeros puestos. Tiene la templanza del caballero, independientemente de que gobierne o esté en la oposición. Jamás le he escuchado una palabra despectiva contra nadie, más allá de la crítica legítima y fundamentada. Nadie mejor que él para contarnos esta epopeya secreta de filántropos, altruistas, quijotes y diversos ángeles. La asociación de la caridad reparte 26.000 comidas anuales, cifra espectacular incluso para quienes creemos que el corazón no entiende de estadística. Un libro necesario.