Cullera, la guinda

CULLERA es la penúltima guinda a la tarta del desafuero urbanístico español. Los votos del PP y de Unión Valenciana han sacado adelante un plan urbanístico ya bautizado popularmente como el «Manhattan valenciano» que prevé alzar en un triángulo junto al mar y el río Júcar 33 rascacielos de viviendas de hasta 25 alturas y dos torres de 40. El proyecto, que ahora debe ser aprobado o desechado por la Generalitat valenciana, arranca con los informes desfavorables de los Ministerios de Medio Ambiente, por no tener garantizado el suministro de agua, y de Fomento, por la falta de accesos adecuados. No se sabe en qué acabará este nuevo despropósito pero cada vez está más claro lo absurdo que resulta mantener la competencia urbanística en manos municipales.