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TRIBUNA

Astorga y el campo de tiro del Teleno

Publicado por
ÁNGEL IGLESIAS GARCÍA
León

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HACE UNAS SEMANAS, muchos astorganos asistimos a un triste espectáculo mediático en el que se están poniendo las bases de un nuevo desastre económico y social para la ciudad, como es el cierre del campo de tiro del Teleno, y al que seguirá el irremisible traslado del Regimiento Ralca 62 fuera de Astorga, presumiblemente a la base de El Ferral, perteneciente al Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, gobernado casualmente por Miguel Martínez, quien manda en el PSOE en la provincia de León. El traslado de parte del regimiento ya ha comenzado con el anuncio de la marcha de más de la mitad de sus efectivos en pocos meses (el grupo de cañones del regimiento). Hecho sancionado y aprobado por un presidente de Gobierno y un ministro de Defensa que se dicen leoneses, y que miren ustedes qué casualidad, antes de ir a vestir de púrpura a la villa y corte, vivían por los leones. Desde hace muchos años y varias generaciones, los astorganos que sepan mirar con perspectiva conocen de sobra el interés de muchos poderes fuera de nuestra ciudad, junto con la complicidad, tristeza da decirlo, de otros radicados en la propia Astorga, en que ésta no crezca ni sea sombra en la provincia de los más poderosos. León perdió su regimiento Almansa hace años. Parece ser que no se le perdona a Astorga que haya sido capaz de mantener el suyo, gracias al campo de tiro. Que lo accesorio es el cuidado del ahora descubierto por algunos, valioso patrimonio arqueológico de la sierra del Teleno, lo vemos en que las plataformas que más vociferan en su defensa no se denominan pro-minas romanas, o en defensa del patrimonio, o anti campo de tiro», ¡no!, podemos verlo en que se denominan ya simplemente antimilitares. Pues sepan bien ustedes, señores, y todos aquellos que les secundan y son cómplices mediáticos del circo que llevan montando desde hace unos cuantos días, que buena parte de la prosperidad y vitalidad de Astorga, hoy por hoy, tiene su base en una buena parte en la permanencia en la ciudad de su guarnición militar. Y que por ello es necesaria la permanencia del Campo de Tiro, y que como representantes de los intereses de la Ciudad, tenemos que denunciarlo con mayúsculas, así como lo que algunos están tramando en despachos fuera de Astorga, con el silencio cómplice de quienes nos gobiernan tanto en Astorga como fuera de ella y de muchos que se dedican, dicen, a informarnos. Los campos de tiro del Ejército han ido evolucionando con los años al albor de los adelantos tecnológicos. Ni el volumen de nuestro ejército es hoy el que fue hace años, ni tampoco lo son los días de maniobras realizados, o el volumen de fuego de instrucción empleado. Que se tienen que restringir y acotar las zonas de caída de proyectiles. Que se tiene que empezar a emplear simuladores de fuego sobre el terreno. Que se ha de preservar y cuidar el medio ambiente. Que además, la comarca ha de recibir una rentabilidad económica continua por la existencia del propio campo de tiro, a cargo del Ministerio de Defensa. Todos estamos de acuerdo en eso. Ya es hora, de todas formas, de decir bien claro a la hora de hablar de defensa del patrimonio, que si los conocidos internacionalmente yacimientos de homínidos de Atapuerca, en las afueras de Burgos, se han podido preservar, hasta hoy, de toda la especulación urbanística y agraria, fue por que la zona ha sido y es un campo de maniobras de los regimientos de Caballería Acorazada de la guarnición en Burgos. Si en toda la costa mediterránea, convertida en un cinturón de cemento y viviendas, desde Cádiz a Cataluña, por el boom turístico, se conservan veinte kilómetros de costa virgen en la sierra del Retín en Cádiz, ha sido y es gracias a que es un campo de maniobras de la Armada Española. Y si la única isla mediterránea de entidad que es hoy Parque Natural en las Baleares, la isla de Cabrera, ha conseguido llegar a serlo, ha sido porque fue de titularidad militar hasta hace un par de décadas. Como recientemente manifesto el ingeniero de minas e investigador, Roberto Matías, ponente en el congreso celebrado recientemente en Astorga sobre obras públicas romanas, «la existencia del polígono ha facilitado la conservación de los restos romanos». Después también afirmó con rotundidad que «el peligro para las minas no es el campo de tiro». Es por ello que tras denunciar todo lo que está sucediendo, podemos acabar preguntándonos, para reflexión de todos: ¿Qué intereses hay en Madrid y en León para privar a la ciudad de Astorga de uno de sus motores económicos y sociales como es su guarnición militar?, ¿Por qué nuestras autoridades locales no alzan su voz ante esta campaña antimilitar y contra Astorga? ¿Por qué encima utilizan la excusa de la conservación de un patrimonio arqueológico que parecen haber descubierto cuando lleva allí dos mil años y ya se conocía de sobra en el ámbito científico y universitario desde finales de los años sesenta? ¿Qué le deberemos los astorganos a nuestros preclaros leoneses: el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa ante esta anunciada crónica del desmantelamiento, uno más, de uno de los pilares económicos de la ciudad como es su guarnición militar?. ¿Y qué debemos esperar de quienes nos gobiernan en coalición en el Ayuntamiento de Astorga, PSOE y UPL? ¿Participan de esta campaña mediática, la aprueban, se dedican a defender intereses ajenos a los de los vecinos de Astorga que les han votado? Ya saben ustedes: ¡Callan, luego otorgan! De lamentable podemos calificar la actitud del señor Perandones, alcalde de Astorga, al no defender una vez más los intereses de la ciudad. Antepone los intereses de su partido a los de Astorga. Miguel Martínez, alcalde de San Andrés del Rabanedo y secretario provincial del PSOE ordena y los demás obedecen. Mientras Astorga pierde su acuartelamiento militar, El Ferral incrementa sus efectivos. Nadie sabe ni contesta. Así, en el silencio, vendrá todo rodado, primero se marchará en primavera, después de las elecciones municipales, claro está, la mitad del regimiento Ralca 62, luego cerrarán por inanición el campo de tiro; partirá tras ello el resto del regimiento, y por último Defensa cerrará el acuartelamiento y venderá el solar, o lo cederá a las oenegés. Excusamos decir que agradeceríamos que, por lo menos, a algunos astorganos no nos tomaran por tontos.