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DESDE LA CORTE

El turco, el europeo y el bueno

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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¿HACE ALGO BIEN Zapatero? Perdonen ustedes la tontería de la pregunta, pero ayer escuché tertulias de la radio, y no hubo dirigente político más vapuleado que él. Si marca los pasos para el proceso de negociación con el terrorismo, le dicen que se equivoca, aunque sólo haga la versión renovada de su hoja de ruta: «primero la paz, después la política». Si empieza a hacer realidad la alianza de civilizaciones, está cometiendo una ingenuidad. Y si presta su apoyo al ingreso de Turquía en la Unión Europea, le reprochan que se sale de las exigencias de cumplimiento democrático que la Unión ha marcado a ese país. La pregunta, por tanto, no es ingenua: a juzgar por la reacción de una parte importante de la opinión publicada, el presidente sólo comete errores. ¿Es un error tan grande viajar a Turquía? Tiene un mal ingrediente, que es la tendencia de Rodríguez Zapatero a relacionarse con el «tercer mundo», mientras no conoce avances en sus contactos con los líderes occidentales. Es algo que debería cuidar su ministro de Asuntos Exteriores. Quizá debe dedicar más atención a perfeccionar la agenda, seleccionar aliados y funcionar de acuerdo con lo que requiere un país del peso de España. Tal como van las cosas, más la imagen distorsionada que ofrecen algunos medios, la impresión general es que el presidente tiene el objetivo desenfocado. Respecto al viaje en sí, el juicio definitivo dependerá, como siempre, de sus resultados. Si de esa visita surge el compromiso turco de avanzar en su democratización interna, de reconocer el papel de la mujer y de cambiar la parte de su política exterior incompatible con Europa, el viaje habrá cumplido una notable misión. Si, en todo caso, el señor José Luis Rodríguez Zapatero deja allí ese mensaje, sin ningún género de dudas, habrá prestado un servicio digno de agradecerse. Si, por el contrario, nuestro presidente hace gala de buenismo y se limita a respaldar al turco, se quedará con buena imagen en aquel país, pero habrá introducido una cuña peligrosa en sus relaciones con la Unión. A efectos internos, todavía hay una perspectiva más discutible: que el balance de la visita se reduzca al impulso de la Alianza de Civilizaciones, que ha encontrado en el presidente turco un gran valedor. Al presidente ya se le reprocha que España haya financiado el equipo de sabios que ha llenado de contenido esa utopía. Ahora sólo le falta que las mismas voces críticas le digan que sacrifica a esa idea nuestros intereses europeos. Pues se lo van a decir. Conclusión: algo habrá que rectificar cuando cada paso del presidente da pie a tanta crítica. O está equivocada mucha gente, o el equivocado es él. Dicho sea con expresa renuncia a que estas palabras contengan la mínima acritud.

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