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Publicado por
CAMINO GALLEGO
León

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LOS niños hacen lo que ven. Este es un axioma por todos aceptado. Pero parece que en Poridad no lo conocen, o no lo tienen en cuenta y por eso autorizaron celebrar un botellón de más de doce horas al lado de dos colegios, en La Palomera. Así los más pequeños pudieron aprender las ventajas de ser mayor: si vas a la Universidad puedes emborracharte desde por la mañana, además no pasas frío, porque se alquila una carpa y la música se puede poner a todo volumen para dejar claro a todos que se está de fiesta aunque se moleste. Cada día se les dan más facilidades a los niños para que cuanto antes se incorporen al consumista mundo de los adultos. Así se les deja bien claro que lo bueno es emborracharse en los botellones, igual que ya con seis añitos se les introduce en el mundo del teléfono móvil, para que vayan aprendiendo que «lo importante es poder hablar», aunque el otro no te escuche porque está en un sitio donde hay ruido o alguien le está hablando, o hace algo al mismo tiempo y no se entera de lo que le dicen. Antes hablar por teléfono era algo privado, pero con los móviles se han globalizado las conversaciones y hasta por la calle te enteras de lo que no te importa, simplemente porque quien camina delante hace ostentación de que «puede hablar». Niños con móviles a los seis años y con botellones a la puerta del colegio creo que es dar demasiadas facilidades para que esas criaturas sean unos perfectos alcohólicos derrochadores así que pasen unos pocos años. No es raro que los estudiantes de Bachillerato estén deseando llegar a la Universidad no para estudiar, sino para ir a las fiestas y jugar al mus en la cafetería del Campus. Real como la vida misma.