Sonrisas indigeribles

LAS IMÁGENES de los procesados en los juicios contra criminales etarras en la Audiencia Nacional se está convirtiendo en la mejor información sobre la predisposición de la organización terrorista. La opinión pública se forma así una idea cabal de los elementos psicológicos del problema. La última escenificación ha corrido a cargo de dos jóvenes terroristas, Asier Arzallus e Iker Olabarrieta, acusados de colocar la bomba-lapa que mutiló al ex líder de las Juventudes Socialistas y actual diputado, Eduardo Madina. La imagen de estos dos facinerosos sonrientes, y en apariencia ignorantes del drama que habían provocado, confirma que la cuestión etarra sigue siendo todavía indigerible para la inmensa mayoría de nosotros, los demócratas, sus víctimas indirectas. ¿Quién digiere tanta estupidez?