Un salto cualitativo

CASI súbitamente, y a falta de lo que determinen en Washington vía Comité Baker, la crisis más antigua del mundo, entre Israel y los árabes, se dirige hacia un salto cualitativo: su vínculo estructural con lo que sucede en Irak¿ y cómo podría ayudar a que eso termine algo mejor. Técnicamente, todo es distinto. Pero la calle árabe no lo cree así y la Liga Árabe, que sólo representa al público ocasionalmente subió mucho el tono en su sesión ministerial del domingo. Para empezar, y tras dejar claro que era un mensaje a los Estados Unidos anunció que pone fin a su boicot a los islamistas del gobierno palestino, que empezaron a recibir fondos cuantiosos ayer mismo. Y, además, pidió una conferencia internacional urgente basada en la evacuación de los territorios ocupados en 1967¿ Jerusalén-este incluido. A tal conferencia asistirían israelíes, palestinos, algunos vecinos árabes, jordanos, egipcios y sirios con seguridad y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Es ese el modelo que tiene en la cabeza el gobierno español, el que mencionó el presidente Zapatero en Estambul el lunes y ayer explicó el ministro Moratinos al enviado de la ONU en Oriente Medio? Lo probable es que se parezcan muchísimo por la buena razón de que no hay margen para modelos alternativos, si se acepta la muerte de la «Hoja de Ruta». Y lo seguro es que Israel se opondrá porque es su línea inalterable oponerse a toda internacionalización del conflicto que disolvería la omnipresencia del socio americano. Pero se ha impuesto la tesis de la vinculación entre lo que sucede en Palestina y el auge del islamismo político y, de hecho, del terrorismo yihadista. Tony Blair lo reconoce ya abiertamente y el lunes dijo que debemos empezar por Israel y Palestina, por el corazón del problema.