EL REINO DE LA LLUVIA
Un problema XXL
A NUESTRA ministra de Sanidad no le gustan las hamburguesas. Como buena gallega debe de apostar más por el cocido, el caldiño y la empanada de zamburiñas, que es lo que hacemos los demás. Pero digo que no le deben de gustar las hamburguesas porque sólo así se entiende la majadería de que su ministerio pida la retirada de la publicidad de los bocadillos aplastados y gigantes que Buger King comercializa como XXL. Si la ministra Salgado quiere erradicar la obesidad y los malos hábitos alimentarios tiene que atacar con rigor la publicidad y el consumo de bollicaos, bimboscaos, dulcecaos, fosquicaos y nenecaos; el de las bebidas isotónicas, de los bollitos de nata con grasa saturada, de los cruasanes rellenos de chocolate y de toda asquerosa manduca que nuestros pequeños, medianos y mayores se inyectan en el cuerpo. Y acabar con la cultura de la mala alimentación que se ha impuesto en este país. Y acabar con los puestos de golosinas en los alrededores de los colegios. Y decirles a las mamás que malalimentan a sus niños que están creando monstruitos. Don Julio Camba, tras unos años en Estados Unidos, se mostró tremendamente crítico y hasta escandalizado, de la alimentación de los norteamericanos. Y eso que él tanto denostaba es lo que hemos importado y generalizado entre las nuevas generaciones, con el beneplácito de sus mayores. Porque todos sabemos que lo vulgarmente llamamos comida rápida o comida basura no tiene más aportación que una dieta hipercalórica que acabará por llenarnos las calles de tallas XXXL, más incluso que el nombre de la hamburguesa que ahora parece ser la culpable de todo. Pero no, esto no se resuelve quitando la publicidad de una hamburguesa, como quiere la ministra.