TRIBUNA
El valor de la libertad en la personalidad leonesa
UNO de los valores que definen y caracterizan los rasgos de nuestra personalidad como pueblo es la importancia que concedemos a la libertad como valor esencial de nuestra cultura y que de nuestra forma de actuar. No creemos que sea casual que la Región Leonesa haya sido cuna de importantes personalidades anarquistas como Ángel Pestaña, Buenaventura Durruti o Abad de Santillán, como también lo ha sido otros líderes de corte liberal como Gumersindo Azcarate o Sierra Pambley. Podemos decir que desde distintas ópticas unos y otros han tenido en común la defensa de la libertad como aspecto central de la vida social, evitando el sometimiento a los dictámenes de otros. Esa defensa de la libertad es algo también común en nuestras tradiciones. La podemos ver con claridad en los actos del «Foro u Oferta» en la que año tras años los ciudadanos leoneses representados por sus instituciones reclaman al cabildo de San Isidoro que aquello que entregan lo hacen desde su libertad (como oferta) y no como una obligación contraída (como foro). Es un debate que tiene como centro el valor de la libertad. También esa defensa de la libertad es visible en la rebelión ciudadana frente al tributo de las 100 doncellas o como es León quién encabeza la rebelión frente a la invasión napoleónica. Entendemos que la libertad tiene un importante componente de individualidad. Es algo que demandamos como personas, como derechos individuales. Tal vez por ello en nuestra cultura leonesa hay un gran componente individualista que se manifiesta por ejemplo en nuestros deportes autóctonos como la lucha leonesa o los bolos, pero que también se deja ver en otras manifestaciones como los pendones. Ese individualismo leonés apegado al valor de la libertad se hace visible en nuestra propia organización territorial. La Región Leonesa cuenta con infinidad de núcleos de población (creo que sólo en la provincia hay algo así como más de 1.400), que a la vez cada uno de ellos tiene su propia organización sociopolítica con las comunidades de aldea. Los leoneses formamos asociaciones que se distinguen más por el número de tales asociaciones que por el número de asociados. Esa caracterización leonesa vinculada a la defensa de su libertad y con un carácter muy individual tiene mucho que ver con todo aquello que viene aconteciendo respecto de la integración de la Región Leonesa en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Hay que tener en cuenta que dicha integración se hizo: -Desde el rechazo de la sociedad leonesa en su conjunto expresado tanto a través de las mayores manifestaciones de la historia (algo que nadie pone en duda) como en cuantas oportunidades ha tenido de expresar su opinión al respecto (a través de sondeos de opinión, algunos de ellos encargados por la propia Junta). - A través del rechazo de sus instituciones. La Diputación de León en su último pronunciamiento sobre este tema en sesión del 13 de enero de 1.983 por 20 votos a favor y 4 en contra acuerda «dejar sin efecto el acuerdo anterior que suponía la iniciación del proceso autonómico y por tanto la inclusión de León en el ente de Castilla y León». Acuerdo que luego fue ratificado por los principales Ayuntamientos (el de León y Ponferrada entre otros). En consecuencia la integración de la Región Leonesa en el actual marco autonómico es algo que se hace de modo antidemocrático y con graves lesiones a los derechos y libertades del pueblo leonés que jamás ha asumido como algo propio una decisión que no ha sido adoptada libremente. Por ello 23 años después la herida sigue abierta y buena parte de la clase política sigue queriendo mirar para otro lado e indicando como la mejor solución el amordazar en sus libertades a los leoneses. Incluso algunos lo hacen presumiendo de progresistas. No se enteran.