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Publicado por
IVÁN ALONSO
León

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QUIERO TRASMITIR al leonesismo social, seguramente más dialogante que el político (UPL o PAL) mi enhorabuena por el artículo de Laureano M. Rubio del 28 de octubre de 2006 (ha descrito a las mil maravillas qué es la UPL) y expresar públicamente las ideas del nuevo bercianismo democrático del PB. Los bercianos no nos sentimos partícipes del debate leonesista. Tenemos otras inquietudes. Quizás todo parta del interés de los habitantes de El Bierzo por tener un ente aglutinador que defienda un proyecto en común de convivencia y desarrollo. La historia de nuestra tierra, su continua reafirmación territorial y cultural (como dejamos de manifiesto en nuestro preámbulo de propuesta de ley especial del Consejo General de El Bierzo, consulten www.partidodel-bierzo.org) es imparable. El bercianismo histórico ha defendido la creación de la Provincia de El Bierzo, solución a muchos de nuestros problemas. El nuevo bercianismo democrático, nacido de la refundación del Partido del Bierzo en diciembre de 1999, apuesta por conseguir las más altas cotas de autonomía para la región berciana, sin renunciar a nada, pero con inteligencia y sentido práctico. El quid de la cuestión es encontrar los caminos adecuados para lograr esa autonomía. Intentar romper los mapas provinciales que datan de la propuesta de Javier de Burgos de 1833 es una labor titánica. Para ello y tomando como referencia la Constitución española citaré varios artículos. El Artículo 141.1, dice textualmente: «Cualquier alteración de los límites provinciales habrá de ser aprobada por las Cortes Generales mediante ley orgánica». E s decir, por 175 diputados. Una empresa imposible, si de la nada solicitamos la creación de una provincia. Parece cómodo para los partidos de ámbito estatal este camino, pues así tendrán un bercianismo poco dinámico y aletargado que no transmite a nuestra sociedad un proyecto tangible. Sin embargo, tenemos un artículo en el que debemos profundizar. En el mismo título y capitulo, pero en su Articulo 144, dice textualmente: «Las Cortes Generales, mediante ley orgánica, podrán, por motivos de interés nacional: a) Autorizar la constitución de una comunidad autónoma cuando su ámbito territorial no supere el de una provincia (¿)» . También y que a nadie le extrañe, los bercianos podemos contemplar esa vía. Lo cierto es que El Bierzo, amén de nuestra conocida idiosincrasia, esta en un enclave político complejo. Es la periferia de una Autonomía más grande que Portugal, el Benelux u otros estados europeos. Esta rodeado por las provincias de Lugo, Ourense, Asturias, Zamora, y por León al Este, provincia ésta de la que forma parte legalmente según el vigente mapa provincial de Javier de Burgos de 1833. El Nuevo Bercianismo apuesta por comprender nuestra historia actual. Desde el año 1.991 existe la ley de la Comarca del Bierzo. Una ley nefasta, mutilada y lastrada intencionadamente. Está mutilada al dejar fuera de esta institución a municipios que pertenecen a la región berciana, a la región del Sil, y que ahora siguiendo el curso natural de defensa de sus intereses y necesidades piden la incorporación al consejo ( Palacios del Sil). Esta lastrada porque presenta un sistema de elección desmesurado, antidemocrático y donde prima el voto de unas elecciones municipales para la elección de sus consejeros. ¿Se elige a un Procurador Autonómico votando al alcalde, o eligiéndolo de entre la lista municipal más votada? Debemos dotar de entidad, autoridad y credibilidad a esta institución, partiendo de la voluntad popular y con elección directa por sufragio universal. Esta es la herencia dada por los dos partidos mayoritarios que una y otra vez se reúnen a espaldas de todos los ciudadanos y ciudadanas de nuestra tierra, para no avanzar y dañar los intereses comunes con el fin de tener un consejo inoperante. El nuevo bercianismo, que defiende el Partido de El Bierzo, apuesta por presentar un proyecto creíble a la sociedad berciana. Debemos desarrollar el Consejo de El Bierzo. Reformemos o deroguemos la ley de La Comarca de 1991 y creemos una ley especial, reconocida y emanada de la comunidad autónoma, el Consejo General de El Bierzo. Ese debate ya está en marcha. En contraposición a todo esto, el berciano en general no se siente identificado con el debate leonesista, ni con sus fines. No podemos esperar a nuevas rupturas autonómicas o cambios de capitalidad para ver colmadas nuestras legítimas aspiraciones. Por otro lado, el leonesismo político no es dialogador, no escucha, impone, y así queridos amigos, la anguila se escurre en el río. Ese proyecto tangible al que anteriormente aludía pasa por el desarrollo del Consejo General de El Bierzo. Según las atribuciones que da la ley, este Consejo deberá recibir competencias de Valladolid y de León. ¿Cómo podemos permitir que se nos diga sistemáticamente, qué nos interesa, cómo resolver nuestros problemas o cuales son nuestras deficiencias, desde el centro de la meseta o desde más halla de cien kilómetros? Nuestra opción es clara, como conseguirlo también. Esta formación, este nuevo bercianismo, no apuesta por pedir la provincia porque sí. Apuesta por una estrategia de continua reivindicación de nuestros derechos, plasmados en avances reales, presupuestarios y de ley, para el Consejo berciano. También se hace indispensable, apoyándonos en nuestros derechos históricos, culturales y de situación geopolítica actual, poder reclamar la autonomía que al Bierzo le corresponde. Por lo tanto defendemos la doble vía: una consulta continua y cada cuatro años eligiendo a nuestros representante en el Consejo, para después y con el tiempo, pronunciarnos directamente y mediante referéndum tras haber desarrollado nuestra propia institución. Nuestro proyecto no es rupturista, sino de construcción dentro de la actual autonomía, para que algún día los bercianos, dotados de palabra y poder político, podamos expresarnos y solucionar nuestros propios problemas. Es mi sentir y el de la Junta ejecutiva del PB, pedir respeto para los bercianos y sus decisiones de futuro. El leonesismo político no lo comprende, espero que el actual leonesismo social y cultural que se pronuncia con fuerza y rotundidad no nos niegue el derecho a expresarnos, hablar y decidir. Nunca se ha preguntado e interrogado a la comunidad berciana. El Bierzo decidirá su futuro desde la construcción de nuestra propia administración berciana y el desarrollo de nuestro ente, el Consejo General de El Bierzo, sin dejar de ser el extremo actual de una Autonomía (Castilla y León), para pasar a ser el extremo periférico de otras (Galicia, Asturias, o la de nueva creación según el proyecto leonesista). Ahora bien, El Bierzo debe mantener lazos de unión y hermandad con todas las regiones vecinas, sin ser tutelados como ocurre en la actualidad, demostrando nuestra permeabilidad histórica a todas esas realidades sin desprendernos de nuestra identidad. No se debe dar nada por sentado al estar nuestra tierra en esta división provincial. El Bierzo no va forzado ni amordazado de la mano de nadie, es más, su proyecto de «País Leones» nace herido de muerte al tener por muda una tierra que el leonesismo político no mira a los ojos. ¿Será capaz de hacer lo mismo el leonesismo social?