¿Nos respetamos todos?

QUE NADIE se escandalice, pero a este paso los familiares de las víctimas del terrorismo que se integran en la Asociación de Víctimas del Terrorismo se van a quedar sin nuestro cariño, sin nuestro apoyo y sin nuestro respeto. No por culpa de ellas, que seguimos pensando lo que pensábamos, sino de quien las representa y al que, entendemos, respaldan ciegamente. Porque no puede exigírsenos respeto y apoyo al tiempo que se nos agravia con enredos, ofensas y engaños. Lo último con lo que el insigne José Alcaraz, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo , nos acaba de ilustrar son unas declaraciones en las que asegura que «Gobierno y ETA se necesitan», y en las que vuelve a vincular la masacre del 11-M de Madrid con el proceso para poner fin al terrorismo, al tiempo que desvela que existe una ruptura pactada entre terroristas y socialistas. Nadie guarda la menor duda de que el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo dispone de pruebas concluyentes de que el Gobierno se ha rendido a ETA, que ambos han pactado la rendición del Estado y que los terroristas vascos estaban tras los atentados de Atocha. Lo ha dicho tantas veces que ya no nos cabe duda que lo tiene perfectamente verificado. Porque de no tener esas pruebas, que por cierto los demás desconocemos, el insigne Alcaraz jamás habría dicho lo que dijo, ni lo habría hecho en nombre de las víctimas, ni tampoco los familiares de esas víctimas lo mantendrían como presidente, ni los líderes de la oposición acudirían a sus convocatorias, ni, por supuesto, los jueces consentirían que un día y otro nos atormentase con esas teorías. Pero en realidad de no disponer de esas pruebas irrefutables, que a lo mejor no dispone, alguien debería de dar el paso para que impere la cordura. Porque ese respeto al que tanto apelan los familiares de las víctimas del terrorismo y el eximio José Alcaraz es un camino de ida y vuelta. Y, por eso, no pueden seguir pidiéndonos respecto quienes no nos respetan.