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EL BALCÓN DEL PUEBLO

Ríos de saliva y tinta

Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

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HACE FRÍO en este León de nieve y carámbano. El invierno ya está tocando al picaporte para entrar en la provincia y poner vaho en los cristales. No se libra ninguna casona. Tampoco las balconadas. Miro tras los cristales de mi balcón y no logro ver con nitidez lo que se mueve de forma difusa alrededor. A estas alturas ya nadie sabe dónde está y cómo va el proceso para el fin del terrorismo. Ahora se ha descolgado un dirigente socialista vasco, Pastor, diciendo que el Goibierno y Eta no se han llegado a reunir porque la banda etarra no ha querido. La cita estaba prevista para agosto pasado. Agosto es mes vacacional. El mejor mes para oscurantismos, aunque precisen la luz de los boletines oficiales. Es evidente que el máximo dirigente del PSE en Vizcaya tiene que estar bien informado y, por lo tanto, se le debe creer. Pero sus declaraciones invitan a otras reflexiones. Se me ocurren, a vuela pluma, tres de gran hondura y preocupación. Veamos: 1) Puede deducirse que la dirección de Eta está ganando durante la ya dimensionada tregua -tres años sin matar- tiempo y posiblemente reorganizando y rearmando a la banda. Y también dándole esperanzas a los presos, que son los que más necesidad tienen del acuerdo para el fin del terrorismo. Ellos serán, sin duda, los grandes beneficiados. 2) Desde el Gobierno y el PSOE se hicieron muchas ilusiones basadas en esperanzas. Y de ilusiones se vive, sí, pero también se muere. Se han agarrado a la ausencia de muertos. Ya, pero al día de hoy se encuentran sin interlocutor posible. Y 3) Lo que se evidencia, por las declaraciones del dirigente socialista vizcaíno es que no es cierto que se haya negociado por el Gobierno ni la autodeterminación, ni la integración de Navarra en el País Vasco, ni ninguna otra de las mentiras que llevan repitiendo los dirigentes populares y los de la ATV (Asociación de Víctimas del Terrorismo). Los dos llevan mucho tiempo viviendo en un mundo donde no se distingue lo verdadero de lo falso. Lo denunciaba hace un par de días el semanario conservador inglés «The economist». A lo mejor, a monseñor Cañizares, estos tumbos le podrían parecer inmorales. Pero, claro, el prelado no se pronuncia. En definitiva: parece que se llevan gastados ríos y ríos de saliba y tinta sobre unas conversaciones que no han existido. Han sido sólo el pretexto para hacer oposición al Gobierno y para dividir a los dos grandes partidos nacionales. Pero pisemos la escarcha de León. Desde la pradera anterior a la porticada de San Miguel de Escalada, se nos llenan los ojos de lágrimas. El desastre de San Miguel de Escalada es el resultado de unas obras encargadas por la Consejería de Cultura, que adenmás de caras, han sido largas y con todos los defectos posibles: empezando por el cartel de las obras, en el que no aparecía bien escrito el nombre del monumento, y siguiendo por el maltrato dado a los huesos y otros restos arqueológicos. En la Consejería de Cultura, al igual que en la de Medio Ambiente o de Agricultura, están acostumbrados a no afrontar sus responsabilidades, a escurrir el bulto en cuanto surgen problemas y echarle la culpa a otros, empezando por el Goberno central. El asunto es tan grave, que para tener credibilidad el gobierno autonómico deberían empezar ya a rodar cabezas.

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