El PSOE en el poder no traerá el cambio

EL SEÑOR Ángel Villalba, secretario de los Socialistas de Castilla y León, es tenaz en sus ideas antidemocráticas y antileonesas. Hace unos días hizo nuevamente unas amplias declaraciones en un medio de comunicación leonés que lo corroboran plenamente. Insistió por enésima vez que no habría referéndum en la región leonesa para la separación de la Autonomía de Castilla ni se iba a modificar el actual estado de la Comunidad Autónoma. Con unos sencillos y claros argumentos deseo demostrar al señor Villalba que sus opiniones son tan antidemocráticas como antileonesas. En un perfecto estilo demagogo, Villalba dice ahora que reconsiderarán la Historia de León y su identidad. ¿De qué historia y de qué identidad habla el secretario de los socialistas? Sólo hablar de historia a los socialistas les produce urticaria. Jamás conocí a un socialista interesarse por la historia, ni siquiera la de su propia tierra. A los socialistas, como a los nacionalistas, sólo les interesa su propia historia, la que ellos se han inventado. Lo auténtico no les interesa. La anexión de la región leonesa con Valladolid, que no a Castilla, fue un acto planificado a conciencia por los socialistas hace ya muchos años. Fue una cacicada en palabras de una alta ejecutiva socialista y ¿con qué fin? Se dice que por motivos electorales; tal vez por algo más Hoy nadie duda, ni siquiera los socialistas, de que esa anexión ha sido traumática para la sociedad leonesa en general. La historia ha sido aniquilada; la identidad, destruida; el patrimonio en el más completo abandono por los responsables administrativos con monumentos perdidos para siempre; la agricultura, la ganadería y la minería en franco retroceso, nuestros mejores recursos económicos, expoliados y un largo etcétera. Las consecuencias están ahí, a la vista de todos: nunca antes tantos leoneses se habían visto obligados a abandonar sus tierras y su familia para ganarse el pan. Cuando todas las regiones españolas han crecido espectacularmente en su economía, resulta que la región leonesa ha retrocedido hasta ser hoy más pobre que hace 25 años. Esta es la situación creada por la anexión de León a una autonomía extraña. Desde que a Valladolid se le permitió atropellar a la región leonesa, anexionándola, ésta ha pasado a ser una simple colonia productora de materia prima para beneficio propio. El señor Villalba achaca el retraso económico de la región leonesa a una mala gestión del Partido Popular y, asegura, que cuando gobierne él, las cosas se harán de otra manera. Es bien cierto que el Partido Popular es el responsable de la mala gestión administrativa de la Comunidad Autónoma, pero no es menos cierto que el Partido Socialista es cómplice por ser el mayor responsable de la anexión de la región leonesa en Valladolid. El señor Villalba dice que cuando él llegue al poder lo hará mejor que el PP, pero no dice qué va a hacer y cómo lo va a hacer, simplemente pide que confiemos en él. Hay un detalle muy significativo que demuestra que el PSOE no tiene la conciencia tranquila: se trata de las aguas de Riaño. El agua es el elemento indispensable para crear riqueza. Se da la circunstancia de que sólo la provincia de León la tiene en abundancia. Pues bien, los actuales dirigentes del PP se han lanzado como fieras sedientas para lograr, que en el nuevo Estatuto, figure la competencia de las aguas de la autonomía, la llamada CHD, que no es otra cosa que las aguas de León. Ese «detalle» significará ni más ni menos que Valladolid será la propietaria de las aguas de León y puede hacer con ellas lo que le dé la gana. El PSOE aprueba ese «detalle» de Pucela, no importándole el atraco tan terrible a la propiedad y a los derechos de los leoneses. Si lo consiguieran, que lo conseguirán, sería la mayor deslealtad que se le pudiera hacer a la sociedad leonesa y la desaparición de la última esperanza de alcanzar un desarrollo económico en esta tierra. Eso lo sabe todo el mundo. La pertenencia de la región leonesa en la comunidad de Castilla es el mayor obstáculo ante el futuro de León. Su sola anexión, hace ya más de 23 años ha significado el mayor desastre económico de toda nuestra Historia. Estas no son palabras mías, son las estadísticas publicadas por la propia Junta de Castilla. ¿De qué nos sirve el Inteco si permitimos que nos roben el agua? Ni diez intecos evitarán la masiva emigración de nuestros jóvenes. La verdadera solución de los problemas de León no está solamente en crear un Inteco ni diez intecos sino en que podamos decidir sobre nuestras aguas y que los productos producidos aquí se elaboren aquí. Y para que esto sea así será imprescindible tener el poder de decisión, es decir, las competencias propias de una Autonomía. La voluntad del señor Villalba es dejar las cosas como están; por eso, si el PSOE llega al poder las cosas no cambiarán, más bien al contrario serían aún peor. Esta es la lealtad de un «leonés demócrata» con su tierra Si la sociedad leonesa consiguiera su propia autonomía, las cosas volverían a sus cauces naturales. León volvería a ser lo que ha sido siempre, y los leoneses recuperarían sus derechos y libertades, los mismos que tienen las otras regiones españolas. El agua de Riaño regaría prioritariamente los campos propios y seríamos libres para tomar nuestras propias decisiones, algo que hoy es imposible. Para que las cosas mejoraran estando el PSOE en el poder haría falta un milagro y los milagros sólo están al alcance de los ángeles del cielo. Los ángeles de la tierra, de carne y hueso como es el señor secretario de los Socialistas no se diferencian de los demonios humanos. Desgraciadamente en la autonomía de Castilla y colonias leonesas, no hemos tenido buenos gestores sino profesionales del poder. La posible llegada del PSOE a la presidencia de la Comunidad no va a mejorar las perspectivas de futuro, pues parten de un principio que traiciona y cercena de raíz las ilusiones de futuro de la sociedad leonesa, como es la no convocatoria de un referéndum para alcanzar el mayor anhelo de los leoneses: la propia Autonomía. Lo mínimo que puede exigirse a un leonés es que tenga la dignidad de un leonés corriente en un León corriente.