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León

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TODAVÍA en los años 80 estaba viva en algunos pueblos leoneses la costumbre de cantar el Ramo en Nochebuena, una tradición antiquísima emparentada con el ancestral culto a los árboles, común a muchos pueblos europeos. Sabemos que en el norte de Europa derivó en el árbol de Navidad (abeto), dueño ya de nuestras estampas navideñas. Los patéticos Papá Noel colgados de las ventanas o las carreras de Santa Claus, imitación de la San Silvestre, atestiguan la progresiva colonización del imaginario colectivo por el dinero y el populismo barato. En estas tierras olvidadizas y desidiosas, la intelectualidad ha considerado hasta no hace mucho «la cultura tradicional como una subcultura que no merece la pena», tomando prestadas las palabras del antropólogo José Luis Alonso Ponga. Mientras los vascos venden como una poderosa seña de identidad el árbol de Guernica, en León la despoblación del campo dejó caer en el olvido la cultura tradicional popular y sólo un puñado de estudiosos se ha ocupado de rescatar sus «productos» más arraigados. En los años setenta, grababa Concha Casado el canto del Ramo en Posada de Valdeón y en los ochenta, Miguel Manzano y Ángel Barja emprendieron el Cancionero Leonés. Falta más de media provincia por investigar, cuando apenas quedan ya informantes de primera mano, sobre todo mujeres, que son las principales depositarias de la música tradicional oral y de una memoria prodigiosa entrenada generación tras generación. Una laboriosa y tenaz labor con los colegios realizada por el Centro de Profesores de León desde finales de los ochenta ha rescatado muchos ramos y sacado de las arcas cintas, letras y melodías. Ahora la ciudad homenajea al Ramo como preludio a la Navidad y lo hace con la complicidad y la energía de la escuela, otro de esos lugares capitales de la vida humana ignorados por el poder. Allí han encendido de nuevo las brasas de la tradición; del fuego se apropiarán los gurús de turno y es posible que, si la sensatez no lo remedia, un día nos vendan ramos, como dijo Ponga, made in Hong Kong.

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