EN ROMÁN PALADINO
ETA nos despierta
FRACASARON las esperanzas. Se salieron con la suya los pesimistas. No hubo tregua que soportara la presión de quienes precisan de las páginas negras del terror indiscriminado para hacerse notar y dar carta de naturaleza a sus pretensiones. Poco tiempo pudo ganar la última iniciativa de los negociadores. Hasta es posible que Ternera «el general» haya pasado a la reserva en un golpe asambleario de una organización donde los duros siempre se han impuesto al resto. Hasta es posible que la bomba de Barajas haya sido un mensaje con tres receptores. El Gobierno que había empeñado esfuerzo y riesgo en un proceso complicado por la interlocución, y los objetivos. Batasuna que pudo tener la tentación de desmarcarse para hacer política y de esta manera ETA la coloca a la orden del jefe militar. Los presos y sus familias que habrán visto que sigue presente la utopía de la victoria final a costa del sufrimiento. ETA nos ha dado el aguinaldo. Nos ha devuelto a la cruda realidad de cómo siguen dispuestos a matar por los derechos «histéricos» de Euskal Herría. Perdemos todos. Algunos más. Los que vivimos en Euskadi volvemos a sentir la inseguridad del día a día, de las mañanas frías a la salida del portal de nuestras casas, o comprobando los bajos del auto. Volverán las escoltas. Volverán los comunicados de condena. Volverán las manifestaciones contra la violencia que no hace efecto en quien sostiene la subcultura de su uso con fines políticos. Hemos vuelto a fracasar como generación. Hemos vuelto a dar rienda suelta a los más bárbaros que volverán a convencer a la juventud vasca de que ser patriota vasco es hacer la mili con el MLNV.